miércoles, 27 de febrero de 2019

Librería A Esmorga

Allá por el año 1972, año intenso de luchas obreras, en la ciudad de Vigo abre sus puertas la librería A Esmorga de la mano de Pepe Ulloa. Como es fácil suponer el nombre se debe a la obra homónima de Eduardo Blanco Amor, a la que rinde homenaje. Se encontraba en la calle Gamboa, en el corazón del Casco Vello, frente a la cervecería El Pasillo y junto al Eusko. Aún queda el nombre junto al actual, A Lideira.

En el 73, año de inicio de mis estudios en el instituto, hice mi primera entrada en este recinto de dimensiones reducidas dedicado a los libros. Ahí adquirí el teatro de Sartre publicado por Editorial Losada de Buenos Aires o el teatro de Bertolt Brecht, títulos de Marx y Engels de Editorial Orbis, la biografía de Marx, publicada por ZYX, de Antonio Fernández Benayas, numerosos títulos de Alianza, entre otros de Sigmund Freud o Kafka, títulos de EMECE o Fondo de Cultura Económica, de entre las sudamericanas, Retorno a Tagen Ata en la primera edición de la colección O Moucho o Elipsis e outras sombras, ambas de Méndez Ferrín, ésta en Galaxia.

Recuerdo que Pepe Ulloa en una ocasión me obsequió con un libro, Filosofía y Existencialismo, con textos de Sartre, Jaspers, Heiddeger y otros. Salí de allí muy contento.

Pero hay otra parte más oscura. En esos años 73, 74, 75 compraba, folios, tinta para imprimir y clichés, que eran utilizados con la vietnamita para confeccionar la propaganda clandestina destinada a la agitación estudiantil de aquellos momentos. La complicidad establecida con Pepe para estos menesteres era una garantía de provisión segura y aquí mi reconocimiento.

Ulloa entendía la profesión de librero, en aquellas circunstancias, como algo más que un fin mercantil. Educaba y te cubría, al tiempo que arriesgaba peculio y libertad. Con la salida de la dictadura todo este compromiso con el libro proscrito o semiproscrito se fue relativizando, empezó a primar el inevitable criterio de mercado sobre el proselitismo librero, por así llamarlo.

Y se produce el milagro de la conversión del pan, alimento espiritual, en vino, esto es de los libros en copas, y nace O Grial, en el sitio exacto donde estuviera A Esmorga, siendo lugar de encuentros vespertinos hasta la madrugada, donde conversar y libar. Pepe pasa muy decorosamente de servir libros a servir tragos, no abandona.

Así se funden en un mismo espacio y persona, aunque en tiempo consecutivo, tres de los caminos por los que ha transitado mi existencia: el tertuliar, los libros y los bares.

domingo, 24 de febrero de 2019

Freixeiro, O Pontillón

En pasados días un grupo de vecinos de Freixeiro nos autoconvocamos para una cita en el Paseo del matemático Rufo Pérez, situado en el lineal que transcurre entre O Pontillón y cercanías de A Pontenova, en sentido Sárdoma.

Este paseo tuvo su momento bautismal, en palabras de Avelino Muleiro, en noviembre de 2013, con el acompañamiento de numerosos convecinos y representación de todos los grupos municipales presentes en la corporación, con importantes intervenciones, que cerró la del alcalde de la ciudad, Abel Caballero.

En el respaldo a esta iniciativa destacó, junto a otras entidades cívicas y numerosas firmas, la Asociación de Vecinos Freixeiro- Pontenova.

A su vez la Baixada ao Pontillón desciende del Camiño da Pastora, más o menos a la altura de la finca del Pazo, donde se encontraba el Mesón Arbo regentado por Celia que tan bien preparaba la lamprea, poco más abajo del bar Roxo, para situarnos a la altura donde se encuentra el cementerio e iglesia de Santo Tomé de Freixeiro. En el punto más bajo del Pontillón se encuentra el paso del Lagares al Parque de Castrelos.

Por debajo del puente transitan junto a las aguas numerosos vecinos, gentes de paso y deportistas. Recordamos que a la altura del puente se encontraba hace años Talleres Kober, empresa de tendidos eléctricos, propiedad de Macías, de un lado, de otro el bar Carril, también desaparecido.

Ascendiendo a mano izquierda nos adentramos en Castreliños y un poco más arriba en un giro a la derecha el portón de acceso al Parque de Castrelos, en la rotonda situada frente al Pazo Quiñones de León y sus jardines, lugar de una importante pinacoteca gallega y lapidaria romana. Al fondo de los jardines un retirado y romántico pombal.

La llamada finca de la Marquesa está atravesada por el río Lagares.

Este río ha sido muy mal tratado por los vertidos industriales en el tramo medio alto de su recorrido, perjudicando su fauna piscícola y avifauna así como la población vegetal que le es propia, tanto de ribeira como en su propio lecho, arbórea como de otro tipo.

En torno a 1997 se instala una EDAR,  Estación Depuradora de Aguas Residuales, y el Lagares recupera nueva vida.

Además de variedades de parrulos y otras anátidas me llama la atención la reaparición de las polas o pitas de río, con su nervioso e incesante entrar y salir de las aguas.

Con motivo de la construcción de la circunvalación Antonio Palacios el Lagares fue desviado en un tramo de su recorrido en la altura que estamos comentando, luego fue nuevanente reconducido y dotado de un lecho artificial que hoy no está a la vista por sedimentación o reposo. Asimismo se reducen o desaparecen buena parte de aquellos márgenes fluviales y se encajona con una altura o profundidad que no era la de antaño.

Volvemos a la intersección de la Pastora, Pontillón, Castreliños y aledaños. Ahí citamos, en el Paseo del Matemático Rufo Pérez, las presencias amigables, en un pacto o convivio intergeneracional de vivos y muertos, de Don Antonio Blanco, párroco ejemplar de Santo Tomé de Freixeiro, al amigo Emilio Mouriño, tercera generación de una saga a cuyo cargo estuvo el camposanto y sacristía de Santo Tomé, memoria viva enciclopédica de transmisión oral, la dulzura de Beatriz Pérez Rey,  sobrina de Rufo, a María Pérez, vecina y presidenta de la Favec, a Finita y a tantos otros que idos o presentes continuamos juntos en el incesante e interminable peregrinar de los caminos de la vida, de la cual el río es manantial de imagenes inagotables.

O Pontillón, Freixeiro, Lagares nos esperarán siempre.

domingo, 17 de febrero de 2019

Tiempo Salesiano

En estos pasados días se celebró el 125 aniversario de la presencia salesiana en Vigo. Pero no se trata en esta publicación de sumarme como antiguo alumno a la efemérides sino más bien traer a memoria las escapadas y andanzas que algunos vivimos en nuestros años entre infantiles y de primera mocedad, transcurridos, en nuestro caso, en los finales de los sesenta del pasado siglo y primerísimos de los setenta.

Habló de una generación nacida a finales de los años cincuenta, todos ya en la sesentena.

Esas pequeñas aventuras y desventuras tenían por escenario un perímetro un tanto impreciso o desdibujado comprendido en el rueiro que transcurre en la parte alta por el Castro e inicio de Camelias, para descender suavemente a Paseo de Alfonso, Porta do Sol, volvemos por Príncipe, Urzáiz, de aquella José Antonio,y giramos a mano derecha María Berdiales, Ronda de Don Bosco, nuevamente Colegio María Auxiliadora.

Son bastantes más las calles capturadas en esta retícula que las nombradas y en ese perímetro y sus aledaños vivíamos un buen número de alumnos que por tanto también eramos más o menos vecinos y en algún caso nos conocíamos ya antes por vecindad.

Decir antes que nada que en el Campo de Granada estaba nuestro campo de juegos y más restringidamente en el Callejón del Estrecho que ahora dicen Callejón Estrecho.

Aparte de jugar en la calle y en el campo, pues aquello estaba bastante asilvestrado y nosotros también, una de nuestras aficiones principales era escaparnos del colegio a los futbolines. Y ahí teníamos las Vegas en López de Neira, junto al Cine Vigo, el más próximo, aunque más cafeteria que lo que hoy llamamos recreativos. Hacia por donde  queda Berdiales estaba la catedral y cátedra de los futbolines, dos plantas, aunque no sólo futbolines también billares, en la planta superior. Ahí manteníamos sesudas discusiones sobre si se podía parar la bola, si arrastrar la bola estaba permitido, incluso si se podía hacer remolino con los jugadores, aunque esto último habitualmente estaba prohibido.

También tenía mucho éxito la gramola, introduciendo la moneda escuchábamos a bandas como Chicago o grupos como Led Zeppelin, Deep Purple, Santana, Gran Funk Railroad, los Creedence o los Rolling. No era raro que nos pusieramos a bailar como parvos delante de la gramola. Eran tiempos de pelos desmelenados.

También por Berdiales y Magallanes había dos cines frecuentados, sobre todo los domingos y alguna tarde de semana, el cine Niza de programación doble, sesión continúa y el Cinema Radio.

Siempre nos movíamos en grupo, nunca solos, y de igual manera colgábamos clase, de forma concertada, así también colectivamente eramos castigados. El tener grupo era muy importante y comprometerse también.

Para finalizar este recorrido, citar por encontrarse en la zona, el Café Derby, en la actual plaza de Urzáiz, con orquesta y todo, cerrado a finales de los sesenta, al que en alguna ocasión me llevó mi padre y la Cafetería Goya, lugar de miscelánea conspirativa, artística y café de señoras bien, en Urzáiz, de aquella José Antonio, a la que iría por mi propio pie, poco después de mi tiempo de estudio y escapadas salesianas. De este tiempo saldría para el Instituto.

Y de este tiempo ya no quedan ni las Vegas, ni el Airiños, ni el Niza, ni el cine Vigo, ni el Cinema Radio, ni el Derbi, ni el Goya. Ya no queda nada.

Sólo quedan las pavesas del recuerdo.

lunes, 11 de febrero de 2019

Vigo Wonderland

Vivimos en una ciudad hermosa. Siendo natural, que se decía en tiempos, de Vigo, nunca se me ocurriera pensar si naciera en una ciudad bella. Eso para mi no tendría ningún sentido. Pero tampoco para mis familiares y vecinos. Nunca se planteó tal cuestión.

De Vigo lo más que le oía decir a mis conciudadanos era aquello de ciudad laboriosa, de que aquí se trabajaba mientras la Coruña se divertía o Santiago rezaba. Poco más.

En aquel Vigo de los sesenta el Celta, los derbys con el Deportivo y las quedadas en el Tropical de Juanito, hoy el Castro, junto al Olivo, para ir a Balaídos, bota de vino incluída en bandolera.

La Reconquista, con sus gigantes y cabezudos danzantes,  una gigantona llamada popularmente Maruxa, los mazeros dando escolta y solemnidad a las autoridades y a los actos,  traje de gala y casco emplumado.

El Cristo de la Victoria con el olor a cirio empapando la atmósfera estival y sus penitentes descalzos, arrancando de la Colegiata o Concatedral, en el corazón mismo del Casco Vello, tirando por la Rúa Real al Berbés o la Romería de San Roque con sus exvotos en su finca, capilla y pazo. Religiosidad de arraigo popular.

Los Festivales de España en Castrelos o los estacazos de Gorgorito y su cancioncilla Té, Chocolate y Cafè, la bruja Ciríaca, la Princesa Rosalinda y el Ogro.

Las fiestas del Carmen en Bouzas o las del Berbes, la batalla de flores, las fiestas de las Avenidas, los Circos donde ahora arrancan las calles Venezuela y Ronda de Don Bosco, la Procesión de los pasos de Jueves Santo, que en los ochenta quiso resucitar Leri, saliendo de la parroquia de San Francisco, a su paso por el Paseo de Alfonso XII, para mi el mirador o terraza más bella de la ciudad.

Un poco más tarde el desfile del destornillo. Por  supuesto, siempre, la cabalgata de Reyes, sin encendido oficial de alumbrado navideño, el árbol natural y belén de la caja de ahorros.

Las imágenes en movimiento de los tranvías, con su traqueteo, el jugar en la calle, los urbanos o municipales con la bacenilla en la cabeza, los conciertos de la banda municipal de música los domingos a las doce en la Alameda. Esto y mucho más.

Ahora bien, ¿vivíamos en una ciudad hermosa, tenía algún sentido siquiera preguntárnoslo y menos aún declararlo y proclamarlo?. Parece claro que esto sólo puede ser un eslogan para gente foránea, nunca para los propios.

En la librería Pax, existente en los sesenta en la calle José Calvo Sotelo, hoy Elduayen, desparecida,  o también en la librería Galdós, de la que aún milagrosamente se conserva el letrero, en la calle Falperra, mi madre nos surtía de literatura infantil y juvenil, de la primera lectura de Alicia en el país de las maravillas.

Leo en los periódicos de los últimos días que los vigueses consideramos que la ciudad carece de problemas. De la ciudad hermosa a la ciudad de las maravillas.

Mientras tanto el conejo blanco nos sonríe jugueteando tras el seto jurásico, dando saltos de ida y venida a la fuente de la Princesa.

domingo, 3 de febrero de 2019

Prospectiva electoral municipal

Estamos pisando la dudosa línea que separa los tiempos de la precampaña electoral del momento de ingreso en la campaña plena y también del cruce de vías del recuerdo de hace cuatro años con el avistamiento del hipotético escenario que saldrá tras el 26 de mayo.

La primera criba de datos pasa por la peneira de los indicadores de abstención y participación del cuerpo electoral, teniendo presente que los números absolutos de cada candidatura a la hora de la asignación de la representación van a ser referenciados a los números de participación, expresados habitualmente en porcentajes.

El caso más claro afectado en las pasadas elecciones fue el BNG, pues con aproximadamente 6800 votos se quedó fuera de la representación y ello por una distancia de décimas al 5% que la LOREG impone como umbral para contabilizar los votos con opción a entrar en la institución.  Una participación ligeramente más baja y manteniendo constantes sus votos absolutos, caeteris paribus, le brindaría alternativas en esta nueva convocatoria.

En el caso de Marea de Vigo, quedó a unos cuatrocientos votos de conseguir el cuarto edil. El voto de Marea, no estaba directamente representado, pues era la primera vez que se presentaba, no obstante su cabeza de lista había concurrido anteriormente por Esquerda Unida, con un resultado muy inferior. Anova tampoco nunca se había presentado, y la especulación acerca de la no presentación de Podemos se queda en eso, por cuanto carecemos de evidencia empírica de sus datos por ser un partido de reciente creación en aquellas fechas, nunca presentado a elecciones locales. No obstante, en las pasadas europeas había obtenido un número similar de votos, concentrados en Navia y algunas mesas de Coia, a los obtenidos por Marea de Vigo en las locales de 2015. Esto hace suponer racionalmente que gran parte del voto obtenido por Marea fue el mismo que obtuvo Podemos en Vigo. Proyectando esta interpretación al 26 de Mayo cabe suponer que poco modificará el resultado la incorporación, más nominal que real, de un Podemos en horas bajas por no decir en liquidación. Por tanto, se quedaran probablemente, en una oscilación mínima en torno a los tres que ya tiene Marea.

Más difícil es pronosticar el resultado del PP en Vigo. Primero, porque ya se quedó en una expresión muy reducida en las pasadas municipales y jibarizarse más supondría una presencia testimonial o residual, difícil de contabilizar. Segundo, porque le acecha la posible concurrencia competitiva de Ciudadanos y Vox, aún no confirmadas, caso de presentarse.

Hace cuatro años se produjo la segunda mayoría absoluta en municipales en Vigo desde las primeras elecciones locales en 1979. La primera mayoría absoluta la protagonizó Manuel Pérez, del Partido Popular,  en 1995, tras el conflicto de la empacadora en Teis, que le costó la Alcaldía a Carlos Príncipe. La segunda absoluta aun la estamos viviendo, fue en 2015, victoria arrolladora de Abel Caballero, con 17 munícipes. Esta, conjuntamente con la aludida, al comienzo, abstención, operaran como variable independiente o explicativa del resultado final. Y esto porque del acomodo o reacomodo del espacio que deje o no deje Abel Caballero dependerá la atribución, distribución o redistribución del resto. La mayoría de los pronósticos registran una tendencia alcista en la cotización electoral del alcalde Abel Caballero, que aquí rompe todas las tendencias del PSOE. Pero conviene contemplar alguna leve oscilación arriba, abajo, de su candidatura, siquiera para posibilitar un minimum de juego electoral. No obstante no queda comprometida su mayoría absoluta, con lo cual la próxima corporación conocerá dinámicas muy similares, salvo sorpresa.

En resumen, aquí se la juegan, sobre todo, PP y Marea de Vigo y sus respectivas cabezas de lista, que pueden ver sus dimisiones sobre la mesa el 27 de Mayo próximo, día siguiente de las votaciones.

Para Abel Caballero aun es tiempo de alfombra roja.