lunes, 28 de diciembre de 2020

No ollo do Furacan

Una parte destacada de mi tiempo lo tiene ocupado la actividad pública y dentro de ésta el mundo asociativo y lo que se dieron en llamar movimientos sociales y medios de comunicación, a veces interrelacionados, en sinergias varias. 

Allá por el año 2016 en Vigo mi amigo Oscar Lomba me propuso lanzar una asociación que tuviera por propósito remover conciencias a favor de un cambio igualitario en las relaciones sociales dicho de una forma harto genérica. Claro está que nada nuevo en esta intención pero siempre queda la esperanza de poder añadir un grano de arena al esfuerzo común. 

La presentación de No Ollo do Furacan tuvo lugar en el Almacén Cultural, en la Barriada de Cabral, conjuntamente con otra denominada Fernando Hoyos, presidida por el sacerdote jesuita Benito Santos. Era en fechas navideñas y ese primer acto de presentación fueron unas jornadas de reflexión en torno a la pobreza en el contexto de la globalización. Allí participaron desde ONG hasta gentes del mundo académico. 

En una de mis intervenciones en ese acto cité la obra del teórico anarquista Piotr Kropotkin, La Conquista del Pan, obra en su momento muy difundida, para comentar el carácter distópico de la utopía, cuando esperando un mundo liberado por la inteligencia y por la máquina el hombre pudiera aliviar el peso del trabajo en un futuro, que es nuestro presente, visto desde el presente incumplido como mayor esclavitud encadenada a la maldición del trabajo. 

Otra de las actividades destacadas fue la conmemoración o recuerdo también distópico de la revolución rusa en su centenario. Este acto fue realizado por No Ollo do Furacan, Asociación Sociocultural Alexandre Bóveda Fuerteventura y Asociación de Eslavos en Galicia, también contó con la participación del analista del IGADI, Roberto Mansilla. Para mi el mayor interés del acto fue contar con la presencia de la ciudadana rusa Marina Bakhtina, por su ralato vivencial de los años de liquidación de la URSS por los propios dirigentes del PCUS. 

Algunos otros actos promovió No Ollo do Furacán pero estos tiempos pandémicos poco contribuyen a la incentivación de proyectos de dinamización y discusión presencial. No obstante, veremos. Nada está escrito en la Historial antes de que esta se cumpla en su autorrealización, mientras tanto lo vamos contando.

domingo, 27 de diciembre de 2020

Freixeiro y los Mouriño

En esta ocasión vamos a hacer una excursión histórica en pocas líneas por la parroquia de Freixeiro, guiados por los hermanos Emilio y Manuel Mouriño, asociando este recorrido a la familia Mouriño y su relación con los servicios parroquiales de la Iglesia y los funerarios en el cementerio, curiosamente privado en régimen de comunidad de propietarios. 

Es innegable la proyección comunitaria de estos espacios que otrora vertebraban el ciclo vital completo con sus jalones de máxima significación. Hablamos de tres generaciones al frente de estos desempeños.

 El primus fue Leoncio, nacido allá por el 1900, en 1903 se edifican los nichos que dan origen al actual cementerio, siendo las inhumaciones con anterioridad en el adro o atrio y en el interior de la Iglesia en casos singulares, así los Sarmiento. Sin poder precisar fecha exacta, el mentado Leoncio habrá de encontrarse como enterrador y sacristán allá por los años veinte del pasado siglo, casi justamente una centuria transcurrida. 

A él sucederá su hijo Emilio Mouriño padre, persona a la que ya tuve ocasión de conocer y tratar, trabajador también como electromecánico en la empresa de Tranvías. Emilio Mouriño desarrolla sus actividades en Freixeiro desde mediados de los años cuarenta hasta finales del siglo pasado conjuntamente con sus hijos Emilio y Manuel, el primero más dedicado a los trabajos del cementerio y que sucederá a su padre hasta el 2012 y Manuel a las tareas dentro de la Iglesia hasta el año 1984. 

Durante ese largo tiempo transcurrido, casi sesenta años, Emilio padre tendrá como párroco a Don Antonio Rodríguez Blanco de imborrable memoria, oriundo de Salceda de Caselas. Don Antonio fue hombre magnánimo con sus feligreses y muy solícito al tiempo que gran dinamizador de Freixeiro, tanto al interior como al exterior de la parroquia. Así con las fiestas patronales de Santo Thome, desarrolladas en el mes de Agosto, en la Rúa Pastora o en la organización de excursiones, incluso a Roma. 

Estas excursiones tuvieron su antecedente en otras desarrolladas en el Porqueiro por Pepe Calo, alternativamente a Cotorredondo o la Illa da Toxa. 

Del párroco Don Antonio Rodríguez Blanco añadir que siendo de origen pudiente quiso finalizar su longeva existencia en la Residencia de los Enfermos Pobres, en Teis. También fallecido Emilio Mouriño padre en el año 2002 continuará atendiendo el cementerio su hijo Emilio hasta la reciente fecha del 2012, cerrando el ciclo que había iniciado en los años veinte del veinte su abuelo Leoncio. 

Casi un siglo transcurrido. 

Una figura que vincula el Pazo de la Pastora, ubicado en el corazón de Freixeiro, con la Iglesia, es Don Javier Ozores último conde ejerciente, organista y director del coro, persona claramente relacionada con los anteriores. En el interior del Pazo hay una capilla, donde se encuentra sepulto Don Rui Ozores.

 Entre los que lo están en el cementerio, citar al que fue alcalde de Vigo Pérez Lorente, el arquitecto Bar Bo, el matemático Rufo Pérez, al que se le dedicó unos metros más abajo, en el Pontillón, un Paseo junto al río Lagares. También reposa entre los muros del cementerio el doctor José Alonso, benefactor de la parroquia. 

Para cerrar esta evocación o paseo por el tiempo y el locus del núcleo de Freixeiro buscaré tres vértices en tres puntos constituidos por lo que fueron tres tiendas-bar: las dos extremas, una la tienda de Pepe en la Pontenova y la de Elías, en la confluencia de A Pastora con Cesareo González. La tercera, la tienda-bar de Saúl. Me detendré un poco en esta última. Aquí cuando la ocupación francesa, establecieron los ocupantes un punto de control en el enlace hacia Tui que también fue puesto de arbitrios o fielato. 

Ahí antepasados de los Mouriño tuvieran un banco de carpintería. Tal vez arranque de ese tiempo en su transcurrir la relación con mi bisabuelo Adolfo Pérez Docampo, carpintero y ebanista de oficio.

 Hai unha inscripción en el frontal de los años 1700, es suficiente para cerrar esta crónica, estirando la vista, vadeado el río en tiempos anteriores al puente en el Pontillón, claro, hacia Castreliños, donde la casa fundacional de mi familia materna, los Perez Docampo, lugar de residencia actual de nuestra prima Finita Rivas, todavía asidua al culto en Freixeiro. 

Por edades geológicas y glaciares, con la marcha del Lagares eterno hacia la foz del Atlántico infinito. Freixeiro Sempre y con la paleta de colores de nuestro pintor vecino y universal Rafael Freijeiro!

domingo, 20 de diciembre de 2020

Flamenco y gitanismo

Criado en la Rúa de Santiago mi contacto con el pueblo gitano resultó frecuente, más todavía, cotidiano, calós de mi edad fueron compañeros de andanzas y travesuras. Con los que yo me pude tratar vivían por la calle Herrería, sin mayor precisión. Claro está, lo relacionado con posible filiación a clanes o familias se me escapaba. Eran los años sesenta, yo era niño y nada averiguaba. 

Les recuerdo sentados en los pasos del chafarís con sus cachabas y sus facas, casi iba decir facones. También frecuentaban la cafetería Miramar y algunos el bar que llamaban el Bernabéu, por tener peña madridista y también ambiente taurino, a mayores de un futbolín muy solicitado. 

De los gitanos de la Herrería de aquel tiempo aprendía palabras como chuquel, balichó , chorar (de significado no llorar como en gallego, claro), chivar en una especial acepción sexual o acais. Había otros trashumantes, que se decían húngaros o rumanos que nos visitaban con un espectáculo semicircense de una cabrita amaestrada que con acompañamiento de trompeta y percusión se encaramaba a un pedestal y allí giraba sobre sí misma. Eran muy ruidosos, a veces se acompañaban de teclado y los vecinos desde las ventanas les lanzábamos monedas que con mucha habilidad atrapaban con una canastilla. 

Pues si estos fueron los comienzos de mis contactos con este pueblo, años más tarde cobrarían otra dimensión. Con motivo de mi servicio militar en Madrid consigo en la librería El Prado, cerca del Ateneo, una edición facsímil de un libro de Francisco Quindalé, que entre otros contenidos traía unas bases gramaticales y un breve diccionario del caló como dialecto del Romaní. 

Posteriormente, en los comienzos de los ochenta, la enciclopédica obra de Caballero Bonald y Colita sobre maestros del flamenco y al tiempo en Espasa Calpe el libro más poético e iluminador que haya apreciado, Memoria del Flamenco, de Felix Grande, donde aprendí a mejorar mi audición de los distintos palos del cante y la certificación inapelable de la consustancialidad entre los mundos flamenco y gitano. 

Ya finalizando, la profusa y documentada obra de Gibson sobre Lorca y el flamenco, a partir de Romancero Gitano, el título lo enuncia todo, queda patente la transfusión cutural y vital entre los melismas del cante gitano y también sefardí en una opus magna, llamada flamenco. 

En estos momentos suena Juan Peña, el Lebrijano, acompañado de la Orquesta Andalusí de Tánger, las dos orillas del flamenco, y volvemos a renovados afanes dejando esta pequeña reseña.

martes, 15 de diciembre de 2020

Os Rosendo e América

É ben sabido que o porto de Vigo foi unha espita cara a América, moitos barcos trasatlánticos de pasaxe doblaron as Illas Cíes pondo proa a inmensidade oceánica pola boca da ría viguesa. Navieras e consignatarias facían o seu negocio ao tempo que transportaban soños e daban traballo a unha numerosa tripulación. 

Tamén en terra na nosa cidade houbo xente traballando para facer posíbel emprender a aventura americana. Algúns probaran eles mesmos o exilio do país antes de se asentar antre nós.

Foi o caso dos irmáns Manuel e Emilio Rosendo que entre os anos 1947 a 1958 rexentan o Bar Bouzas, no número 6 da Rúa Ferrería. Ámbolos dous pasaron pola experiencia migratoria, no caso de Manuel na Arxentina e na Habana e o seu irmán Emilio traballara nunha carbonaría na Baixa lisboeta.

A orixe dos Rosendo sitúase no val de Avión, nas terras ourensáns de nacimento do río Avia. 

O bar Bouzas tiña bos tintos do Ribeiro e brancos do Condado. O nome puxérallo a clientela pola presenza destacada de parroquianos dese burgo ou vila viguesa. Outra clientela cotiá eran traballadores de FENOSA, da aseguradora La Fe, prósima ao bar ou empregados de CASAMAR. 

O Bouzas, parecía unha feira, en expresión de Fernando Rosendo, fillo de Emilio. Empanadas, cocido, empanadillas e callos os sábados. Na cociña, Preciosa e Asunción. Tamén o Bouzas servía de fonda para aqueles que agardaban barco para América, mentres se lles xestionaba o embarque. 

Unha das navieras que regularmente cubría as liñas de pasaxe naqueles tempos era Líneas Marítimas Españolas, coñecida internacionalmente como Spanish Line e máis familiarmente como La Compañia. CONTRASA , en Montero Ríos, era a consignataria que operaba estes barcos, non só no porto de Vigo senón tamén no da Coruña, onde tiñan delegación no Paseo da Mariña, sendo Vigo a base de CONTRASA. Ahi traballaba o meu pai, Juan Rodríguez. Moitas veces de cativo subín a eses barcos e tratei a xentes da tripulación, algún deles parentes cercanos. O Monserrat, O Covadonga, O Guadalupe, O Begoña, todos eles con nome de virxes, deixaron fonda pegada na baía viguesa, recordos indelebles de historias da nosa emigracion. 

Os Rosendo, traballaron moito durante aqueles anos que citamos coa Compañia, en relación frecuente como meu pai Juan. Nos sesenta e setenta esmorecen estes movementos cara a América e colle moita forza a emigración cara a Europa. O Bouzas da man dos Rosendo remata no ano 1958. 

Nembargantes terán un epílogo na Falperra entre os anos 58-65 co Bar Hermida, a carón do Bar Luneda. No Hermida a clientela era moi do clube de fútbol o Peñasco. Anos máis tarde, xa no 75, Raúl retornado de París, abrirá O Orly, onde se axuntarán xentes do mundo arbitral e do adestramento futbolero. Xa na esquina de Falperra co Calexón das Angustias, por aqueles mesmos anos, a de Armando co seu reservado e as exquisitas empanadas de salmón.

 O bar Bouzas, xa fora das mans dos Rosendo, nos setenta, repartirá un importante premio na lotaría do Nadal. 

Neses anos péchase o ciclo que vencella o mundo da emigración americana, a inmigración interior de Ourense a Vigo, o porto e algúns establecementos de condumio e aloxamento de servicio á estadía das xentes que agardaban marchar.

 Parellamente con estas liñas féchase tamén o retrato dos Rosendo, unha familia do Ribeiro, que coma outras de semellante procedencia contribuiron ó dinanismo da nosa cidade en tempos de posguerra e autarquía, vendo no porto unha grande portunidade, unha fiestra fronte ao inmenso Atlántico.

viernes, 11 de diciembre de 2020

Otros pasos de baile

Dándole continuidad al anterior artículo dedicado al Metropol vamos a recorrer con paso vivo, aunque no al galope, el itinerario de las salas de baile en años algo más avanzados que los cincuenta.

 De entre ellas destacaremos Las Cabañas y El Balneario, citando un poco de pasada algunas otras, sin por ello establecer jerarquía alguna, pues para aquellos que las recuerden serán las que tengan frecuentado las más relevantes. En esto como en casi todo juegan los sentimientos, más todavía con los juegos de memoria que pretenden rescatar lo vivido.

 Con esta advertencia reemprendemos la marcha.

 Reiniciamos en las Cabañas, propiedad de los hermanos Retorta, situada en Peniche, con espacio descubierto de gran amplitud donde se desenvolvían las destrezas en la ejecución del baile con los ritmos lentos y acompasados de los boleros, o las músicas sensuales y mestizas de la cumbia dentro de un repertorio de mayor amplitud. Al igual que en el Metropol y Jardín Park se celebraban veladas pugilísticas. Con la llegada del verano, en las Cabañas, había una cita eminentemente musical, la Fiesta de la Radio, patrocinada por Radio Vigo, según me dicen los hermanos Eladio y Carlos López Silveira. En la Fiesta de la Radio se promocionaban artistas locales emergentes y contaban con el refuerzo de algunas figuras del momento del panorama musical español. Otros negocios hosteleros y de entretenimiento de la familia Retorta fueron el Riomar en los Molinos o ya en los 80 la discoteca Bonny en la calle Pontevdra. 

Nos trasladamos ahora de Peniche a Samil en los sesenta y hacemos parada en en el Balneario, tomando el tranvía que con salida en la calle Uruguay se dirigía a Bayona. Allí, comidas y cenas a cubierto y en el período estival baile en un espacio sobre la playa. Amenizando los Charles Boys, grupo liderado por el anteriormente citado Carlos Silveira, Orquesta Florida o los Cumbacheros. Al frente del negocio un vasco conocido como Patxi. Entre los visitantes en período estival, con motivo de la programación de los festivales en Castrelos, Vicente Parra o Antonio el Bailarín. Sin ser la Costa del Sol, me cuentan que en el Baleario se hacía notar un incipiente turismo de teutonas. 

Abandonamos los arenales de Samil, apuramos el paso y nos vamos a la parte más interior de la Ría viguesa. Por allí salas como El Parque Azul, con ornato de vegetación abundante, en Chapela o Copacabana en Teis. Hacia el interior, por Barreiro, la Sala Palmera o Cruz Blanca por el Calvario y El Sacadero en As Travesas. 

En el apartado de locales con música pero sin baile destacamos dos. La terraza del Hotel Universal con sus palmeras en el Náutico y la atracción estelar de Olga Ramos y sus couplés. En Príncipe, la cafetería Flamingo, antes La Marquesina, con sus sesiones vermú, por allí entre otros Los Tamara. Otros grupos destacados, la Orquesta Sintonía de Vigo o los Satélites de la Coruña. 

Llegados a este punto dejamos las músicas sonando y que el baile continúe por todas las salas que en Vigo han sido, encrucijada sonora de tantos cantos, melodías y ritmos de ida y vuelta que envueltos en salitre entraron por nuestra Ría, bien sintetizados en la conga cubana de Ernesto Lecuona, Para Vigo me voy. Y con esta la despedida.

viernes, 4 de diciembre de 2020

Metropol, sala de baile y algo más

Nos situamos allá por los años 50 y hablamos de las salas de baile que se acostumbraban, aún no era tiempo de dicotecas con música enlatada sino de sones y cantos en vivo, con pequeños grupos instrumentales y vocalista amenizando las tardes de los jueves, día de las chachas y los lorchos o soldados de reemplazo, sábados, domingos y festivos. Estas sesiones bailables eran denominadas muy expresivamente " asalto baile". 

El Metropol se encontraba situado en la actual calle Progreso y era de los más frecuentados, con sala cubierta y una distribución interior que incluía unos palcos de platea, que le daban señorío al ambiente. La madre coraje del Metropol, en palabras de mi amigo Carlos Meixide Cameselle, era Esperanza Lago Balbona, viuda de Cameselle, si bien públicamente aparecía Sito, hijo suyo. Esta misma familia era propietaria de Cristalería La Celta. 

Pero el Metropol era más que una sala de baile. Ahí se disputaron en los años 50 veladas de boxeo de todos los niveles y pesos. A continuación algunos de los más destacados con sus respectivos nombres de cartel: "El Cubano", en pesos pesados; en pesos ligeros, " El Zurdo" y  el catalán "Beltran", título nacional; finalmente en peso pluma, " Ortega". Añadir que, en cuanto a veladas pugilísticas, Jardin Park y las Cabañas también las programaban. 

Pero la campanada más sonada de la década en el Metropol, probablemente en el año1953, fue la celebración del campeanato mundial de billar a la modalidad libre a 500 carambolas. En la gestación y gestión del desarrollo de este acontecimiento en Vigo tuvo arte y parte Luis Elvira Guzmán, hombre del mundo bancario y bien relacionado con el tejido asociativo del momento en nuestra ciudad. De esta competición salió victorioso el argentino Carrera, quien en una sola salida encadenó 500 carambolas. 

La historia de la sala de baile Metropol llenó algunas de las páginas principales de la vida social en los 50 y 60, para ir decayendo en los setenta, con el relevo de las discotecas y la introducción de otros usos sociales en las relaciones de entretenimiento y seducción.

 Para finalizar expresar mi gratitud a los hermanos Lalo y Carlos López Silveira que me aportaron datos oportunos en el apuntalamiento de la memoria de aquellos tiempos. Para próxima ocasión algunos pasos más de baile.

lunes, 30 de noviembre de 2020

Cabodano de Germán Luaces e as Illas de fondo

Escribo con torpeza e atrevimento estas liñas sobre alguén do que teño un coñecemento indirecto, achegado por unha miña amiga que chamarei Ara.

 Ela contoume un día que na súa chegada a Vigo, saíndo unha madrugada do bar Baiona, descubrira as Illas e namorara delas e ficara aquí ata hoxe. Nelas co transcorrer do tempo coñecerá a Germán Luaces e na compaña deste e do que será o seu home, Lolo, pasará longas estadías de convivio felicísimas.

 Farán das Illas o seu fogar. 

Pero tamén o tempo pasará a súa gadaña e cortará os fíos vitais, neste caso de Germán, un día coma hoxe, 30 de Novembro, do ano dezaoito. 

O Faro de Vigo deu conta do seu pasamento coa prosa lírica e sentida, un laio rebelde contra a imposibildade da morte pero ao tempo certa, asinada pola amiga de Germán, Aránzazu Luna. Así, sen máis, co único e suficiente título de amiga, pois ela non llo dá a calquera. 

Germán Luaces, ele tamén lúa nas súas tres primeiras letras do primeiro apelido, é glosado como persoa de grande xenerosidade e doante de acollida ao tempo que derradeiro habitante permanente nas Illas, por necesidade e vocación, o que ven dar no mesmo.

 Dise que o seu pai, capitán da mariña, estivera ó fronte do buque Campaláns, suministrador de combustible á navegación. Aí tamén traballara o pai dos meus amigos Ruinervo, malagueño de adopción viguesa. 

Tralo soterramento de Germán no cimeterio de Cíes pídeselle un espazo para o recordo que leve o seu nome e que reiteramos. 

Hoxe é día de loito e algúns corazóns latexan con forza batendo contra os cons das illas, provocando xerfas e ventos que ululan o nome de German coma un berro de raiba e liberdade.

 Este é un artigo lapidario co nome de German insculpido na pedra e agora mollado en tinta.

domingo, 22 de noviembre de 2020

Foz e Galiza coma Suxeito político

Teño nas miñas mans o enciclopédico libro de Luis Gonçales Blasco "Foz" encol da política e a organización exterior da UPG dende 1964 ata 1986. O libro foi editado por Laiovento no 2012 e supera as novecentas páxinas sob a normativa lingüística AGAL. 

Foz chegara a París en Outubro de 1968, empregádose tempo máis tarde na Editorial Ruedo Ibérico. Eu coñecino e tratéino a fináis do verán de 1975, mesmo paséi as datas de Nadal dese ano na súa casa, na banlieu de París, en Ivry sur Seine, na compaña de familiares e amigos, lonxe da terra, mais recreando a camaradería proscrita na Galiza territorial. 

O libro que nos ocupa ten diversas utilidades e requiréu dun grande e longo esforzo de xestación. Vai moi ben documentado gráficamente e tamén con anexos e índices que o completan. 

Imposíbel nestas liñas tentar dar conta destas novecentas páxinas nen tan sequer aproximadamente, naturalmente. Pero si podo destacar algunhas liñas ou utilidades. Vóuno facer decontado.

 A liña principal de interese que vou considerar desta obra é que sitúa a Galiza no contexto deses anos novamente nun cadro de Relacións Internacionais, en base aos contactos que se establecen principalmente con bretóns, irlandeses, bascos e cataláns, mais non só, pondo a Galiza coma suxeito político soberán con aspiracións de completo recoñecimento por outros iguais e ante terceiros.

 Esto terá a súa plasmación máis acaída na sinatura da Carta de Brest, da que se rinde contas sobranceiramente no libro. Entre os signatarios a UDB bretona, o Sinn Fein irlandés, Cymru Goch do País de Gales, Luita Occitana e a propria UPG, entre outras organizacións de esquerdas antiimperialistas. 

Outra relación tripartita reflectida no libro a constitúe a de UPG-ETA-PSAN(P), que remata no capítulo oito a exposición e recorrido da obra. Antecedentes e xénese destes dous momentos reseñados hai dabondo neste libro. 

E noutro marco temporal, neste eido do recoñecimento internacional reivindicativo do carácter nacional da Galiza tamén. Noutro chanzo dun nível moito máis universal e anterior, o respaldo que obtén pola Sociedade de Nacións, antecesora da ONU no período de entreguerras, ou pola Komintern. 

En resumo, a aceptación de Galicia na area internacional sempre estivo vencellada a cenarios antiimperialistas e descolonizadores.

 Finalmente, a lectura e consulta deste enorme relatorio, sera de proveito para os interesados nestas materias. A maiores, o libro de Foz ten o valor engadido de que o autor tamén é actor do que relata e moitas son fontes primarias achegadas do proprio arquivo privado a produción desta magna obra. 

Esta parquísima recensión é tan só unha invitación á lectura paciente, mesmo parsimoniosa, que lle cumpre a traballo de tan dilatada e miuda exposición.

viernes, 20 de noviembre de 2020

20N Parisino

En el día de hoy se cumplen 45 años de la muerte del dictador Franco, exaltado a la jefatura del Estado como caudillo de la cruzada por los suyos y puesto en el sitial de unicidad como Generalísimo entre los Generales. 

Veamos, me encontraba en París desde hacía unos meses y tenía 17 años, algunos de mis compañeros estaban en COU o iniciando los estudios universitarios con uno o dos años más que yo. 

Pero había pasado la frontera Irún- Hendaya y me encontraba en el epicentro del exilio antifranquista, cruce de encrucijadas de todos los exilios, frecuentemente enfrentados, incluso irreconciliablemente.

 París, patria involuntariamente adoptante de los signados por la derrota en España, aunque paradójicamente victoriosos en la derrota del nazismo en suelo francés. 

A este exilio postbélico, aún muy numeroso, se sumaba otro de nuevo cuño de los nacidos bajo la dictadura, que desde mediados los sesenta hasta el año mismo de la muerte del dictador habíamos ido llegando. 

Ascendía las escaleras entre una mutitud escupida por una boca de metro, el día vencido, sombras, arriba un quiosco, la portada del vespertino France Soir, anunciaba "Franco, il est mort!". Así lo recuerdo.

 Esa noche y madrugada del 21,  Trocadero, le Quartier Latin, desbordados por masas entusiastas de franceses y latinoamericanos celebraban jubilosos la muerte de Franco. 

Y nosotros?. Había algo que celebrar?, Supondría el fin biológico de Franco el de su régimen?, La monarquía sería el franquismo coronado?. Muchas interrogantes. 

El día de la coronación de Juan Carlos I como jefe del Estado español, en la Place de la Bastille las CRS, Compagnies Republicaines de Securité, nos apalearon miserablemente. Era ministro de los fliks Michel Poniatowski y presidente de la República francesa Giscard D' Estaigne. 

A nadie le importó. 

Era claro, las democracias europeas que habían transigido con el franquismo darían sus avales a Juan Carlos I. El interrogante que formulaba Santiago Carrillo en su libro "Después de Franco, qué?", se iba despejando y la Junta Democrática, creada el año anterior en París y presentada en el verano del 74, con un Franco tromboflebítico, se disolvería como un azucarillo en medio de piruetas de cortejo para hallar acomodo en el posfranquismo, zozobrando en los meandros de una Reforma denominada Transición a la que resulta imposible 45 años después poner fecha de llegada a puerto.

 Y aquella hora incierta de la madrugada del 21 de Noviembre amanecerá para muchos de los concelebrantes con la resaca de una mirada nublada. Y esto apenas dos meses después de los cinco últimos fusilamientos por pena capital que dictara Franco. 

A veces el tiempo histórico se encoge y abre con la rapidez de un acordeón y de los limos históricos se recoge apenas nada.

En fin, París bien vale una misa, se le atribuye a Enrique de Navarra, pretendiente hugonote al reino de Francia.

domingo, 15 de noviembre de 2020

Rosalinda, revista libertaria

Fue Rosalinda una revista de la cual llegaron a aparecer cuatro números a comienzos de los ochenta, tal vez el primero en el transcurso de 1979. Esta trayectoria se interrumpió abruptamente por una acusación de la Fiscalía ante la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sentencia condenatoria, por delito contra la libertad religiosa, a Manuel Ricardo Caldas Iglesias como autor responsable.

 Como Presidente de la antedicha Sección, Mariano Rajoy Sobredo. La sentencia es de fecha 18 de Marzo de 1983.

 El amigo Manolo Caldas, aunque sin firma, es el autor además del artículo de cierre de este cuarto y último número de Rosalinda, titulado Sociedades Deficitarias.

 Tras estos preliminares de la sentencia que puso fin a la revista mediante golpe judicial pasamos a comentar acerca de sus contenidos y circunstancias. Este número cuatro es practicamente un monográfico para algunos de humor sacrîlego, para otros simplemente crítico de las religiones, incidiendo particularmente en la presencia omnímoda de la Iglesia católica en Santiago de Compostela.

 Ese año de 1982 lo fue jubilar o Año Santo y trajo a Compostela al Papa Wojtila. Ese fue el contexto.

 De otra parte, en cuanto al contenido, destaco la reproducción de un texto de George Bataille, un fragmento de " Historia del Ojo", publicado con anterioridad en la colección "La sonrisa vertical", de la editorial Tusquets. Otros autores citados en las páginas de este número son Paul Verlaine o Ferrer i Guardia, este último, autor de la Escuela Moderna, sobre pedagogía. 

Acerca de la génesis de la revista, se conecta con el ambiente ácrata, y Rosalinda habría sido una bruja gallega, que habelas hailas, propuesta por Galín como cabecera de la revista. La aparición y desaparición de Rosalinda, juntamente con el movimiento de los pisos, para limitar la especulación de los precios de alquiler a costa de la miseria estudiantil, vino a resultar en opinión de muchos el fin del ciclo expansivo de la movilizaciones y de cierta permisividad de las autoridades en los últimos compases de la resaca de la llamada Transición.

 De por medio el 23F del 81, la defenestración de Suárez, la LOAPA con su tentativa de recortes y recentralización, la consumación del atlantismo, con el ingreso en la OTAN impulsado por Calvo Sotelo y así un clima de fin de fiesta.

 En torno a Rosalinda, más o menos, según relato de M. Caldas, pues algunos faltan, Eusebio, Pancho Valle Inclán, Xiao Roel, Botana, Galín. Algunos de estos aparecen acreditados en las fotografías de este número 4 que brevemente reseñamos. 

A partir de Octubre de 1982 la mayoría absoluta de 202 diputados del PSOE en el Congreso preparaba un nuevo tiempo político de un largo recorrido de casi tres lustros ,encadenando mayorías absolutas, salvo las últimas del felipismo. Con retrospectiva histórica que cada uno juzgue. 

Dicen que los libros arden mal y si fuera cierto que Rosalinda fue una bruja gallega, como decía Galín, las brujas tampoco arden bien. Así ,tal vez, perviva el rescoldo libertario de las hogueras y Rosalinda mantenga su vuelo, libre, errático, de tentativa. 

Estas apuradas letras vayan una vez más en memoria de Xiao Roel y del Príncipe Galín, amigo uno del Paseo de Alfonso y de París, el otro.

sábado, 14 de noviembre de 2020

La Gloria, ultramarinos

Allá por los años cincuenta del pasado siglo, en el 53, abre sus puertas en el Paseo de Alfonso número 9, un negocio de ultramarinos finos al tiempo que bar, de nombre La Gloria. 

Diez años después, en 1963, se traslada al número 25 como Alimentación La Gloria. 

Detrás está la familia Bernárdez- Marquina, Pura y Valentín, naturales de Crespos, Ourense. Llegan con tres hijos, Cesar, Manuel y Valentin. En esta ocasión vamos a contar preferentemente la historia de La Gloria a través de uno de estos hermanos si bien los tres y su descendencia trabajaron con denuedo en el negocio familiar, incluso con un camión que visitaba las playas en verano, desde Nigrán hasta O Grove, entre otras. 

La Gloria por aquellos años llegó a labrarse un prestigio por la atención exquisita a sus clientes y la calidad de sus productos. Recordamos las hojas de bacalao cuando entrábamos en este establecimiento, por su excelencia, y la buenísima calidad y presentación de las frutas expuestas. La Gloria llegó a ser un establecimiento, a mayores de los que se denominaban también coloniales, provisionista de buques y más tarde de comedores escolares y hospitales. Una referencia no sólo en el Paseo de Alfonso y contorna sino en Vigo y comarca. En los primeros años, aunando bar y utramarinos, posteriormente netamente alimentación. 

Puede asegurarse que junto al quiosco de Pepe, en la isleta central del Paseo, y la cafetería El Tropical de Juanito, articulaban como pivotes la escena social y comercial desde Elduayen hasta Pi y Margall, Rúa de Santiago, Falperra, Herrería, Barrio del Cura y otro vecindario, a la par que numerosos vigueses de toda procedencia y condición encontraban su espacio de relación con motivo de las visitas a estos establecimientos. 

Hablamos aproximadanente de cuatro décadas, desde los cincuenta hasta finales de los ochenta y aún entrados los noventa. La Gloria echa el cierre, según creo, en el año redondo que marca el 2000.

 Quiero destacar que Nita, mujer de Cesar, ejerció como maestra en la Rúa de Santiago número 1, impulsando muy eficazmente la alfabetización e instruccion de la numerosa prole que por aquellos años tan fecundos llenaban con su alegría los hogares e inundaban las calles de juegos. Nita proseguirá su vocación docente más adelante en otros de enseñanza vigueses. Labor impagable sin duda.

 De todos modos hay un hilo en esta crónica que nos conduce al colegio de los salesianos en la Ronda de don Bosco. Allí estudió Julio Bernárdez, el mayor de los hijos de Cesar y Nita, al que tuve por compañero. También en los salesianos fuimos condiscípulos con los hermanos Salvo, Reigosa, actualmente rector de la Universidad de Vigo,  los también docentes iniversitarios Matías o Luis Miranda. Añado entre las amistades del colegio a Carlos Prado, cuyos padres regentaban el bar el Bosque, muy cerca de la Porta do Sol. 

Señalar que Julio Bernárdez se vinculó al baloncesto en Santiago como jugador y entrenador del Obradoiro, más tarde con el Santa Clara y posteriormente entrenador del Bosco y Celta femenino. 

Un último apunte relaciona La Gloria con el Tropical. Del matrimonio de Valentín, el más joven de los hermanos, con Gloria, surgirá el parentesco con Olguita, prima de Gloria, que llegará a regentar el Tropical. Ahí parece cerrarse el círculo de esta crónica. Pero no, la Historia y las historias siempre permanecen abiertas. 

Volveremos. 

Añado un brindis de gratitud a Purificación Bernárdez, provisionista o proveedora, ella misma, de munición para este artículo.

domingo, 18 de octubre de 2020

Alonso Macías, multiverso

Alonso Macías fue hombre de muchos saberes e inquietudes, de universos múltiples y versificaciones rimadas. Mi conocimiento de la persona y del personaje es de los últimos años y se produce en la secuencia cronológica que a continuación ordeno. 

Mi primera aproximación se da en compañía de Pedro Bono, con motivo de la presentación de un poemario en el paraninfo de la Escuela de Peritos en Torrecedeira en acto muy concurrido, donde fuera profesor. 

A la hora de las dedicatorias, cuando me llegó el turno, habiendo escuchado que Alonso Macias cursara Ciencias Políticas en la UNED, se me ocurrió comentarle que a mis años yo todavía era alumno de UNED en Políticas. Eso encendió la chispa de su interés y tras palabras de ánimo esto inspiró su dedicatoria. No sabía yo que en poco tiempo habría de iniciar una intensa relación de colaboración y amistad con Macías, de forma un tanto azarosa. 

 Y fue por mediación del profesor de filosofía Avelino Muleiro, quien le habló de mí por las actividades desarrolladas en torno al profesor de matemáticas del instituto Santa Irene, Rufo Pérez, que concluyeron con la inauguración de un paseo dedicado a su memoria en uno de los tramos del río Lagares, que transcurre del Pontillón en dirección Sárdoma hasta A Pontenova. 

Y esto porque Macías andaba trabajando en el proyecto de un libro sobre el Santa Irene. Mi colaboración en este libro provocaría la relación que da lugar a la presente publicación distópica. 

En el comienzo de esta colaboración se encuentra mi amigo y antiguo compañero de instituto Carlos Meixide, amigo también del primogénito de Alonso Macías,  Manuel Alonso -Macías Jorreto. 

En la primera visita que le hicimos Carlos Meixide y el que suscribe estas líneas el estado del libro era todavía poco avanzado, aparecía un recorrido o descripción previa de la implantación de los estudios de eneñanza media en España, haciendo resalte de la implantación de la ley Moyano, aproximándose en el tiempo y viniendo al año 1927, en el que con el regeneracionismo desde arriba de la dictadura de Miguel Primo de Rivera, Vigo alcanza el primer establecimiento público de enseñanza secundaria. 

A partir de ahí, llegados al año 1946, se inicia la historia del instituto Santa Irene, con la apertura inaugural oficial de ese curso. 

Para darle cuerpo a la obra fue necesaria la labor paciente de recogida de numerosas aportaciones, tanto de testimonios personales como documentales. Pienso que el trabajo concluyó con éxito, dando como fruto una obra pionera, precursora, de consulta indispensable sobre la materia. 

El libro cuenta con varios apéndices y dos prólogos, uno del alcalde Abel Caballero y otro del que fue catedrático del Instituto, el escritor Xosé Luis Méndez Ferrín.  Tiene además el propósito añadido, en palabras del autor, de rendir homenaje a su esposa fallecida, Manuela Jorreto.

 Pienso que la actual dirección del Santa Irene pudiera rendirle alguna forma de reconocimiento a Alonso Macías por estos días o en venideras fechas. 

Con posterioridad aparece el libro de Memorias de Salvador Beloso, donde se recogen numerosas historias desde dentro de un alumno del instituto, en el que tuve la honra de colaborar con la publicación de una selección de artículos recogidos anteriormente en este blog. 

En este punto del presente artículo testimoniamos nuestro afecto a la numerosa descendencia de Alonso Macías en esta hora de pesar. 

En cuanto a este hombre de figura ecuestre, cruce de dandy y Marqués de Bradomín, personaje literario al que admiraba, igual que al propio Valle Inclán, nos lo podemos fabular a estas horas trovando para el tiempo suspenso de la eternidad. Si le place. Si, nos place. 

Salutem plurimam!

domingo, 13 de septiembre de 2020

Xacobeo 2021

Tenemos inminente el año jubilar o xacobeo 2021, en el cual se focalizan e intensifican los esfuerzos de mantenimiento y acrecentamiento del acervo cultural y religioso del que es depositario el pueblo gallego como destino final de esa red viaria múltiple, terrestre y marítima, que integran las diferentes vías de tránsito y acceso a nuestra tierra.

 Desde la aparición del Codex Calixtinus, por algunos considerado la primera guía de viaje del camino, se fue asentando una literatura de mitos y leyendas o historias que desde la translatio hasta hoy sitúan a Compostela, el sepulcro o sartego del Apóstol, la catedral y Galicia en unas coordenadas de lo que hoy se denomina turismo cultural y religioso.

 Pero al tiempo, si hay un elemento identitario de Galicia con proyección exterior y que constituya epítome de todas las virtudes de la comunidad autónoma, sean gastronómicas, termales, monumentales, paisajísticas, es aquella marca promocional que denominamos xacobeo. 

Otra vertiente distintiva la constituye el aportar identidad a la Galicia emigrante, peregrina también ella misma, muchas veces a través de los cruceiros, labrados con representaciones de Santiago y sus atributos.

 Hay que recordar que el culto a Santiago peregrino no es exclusivo de Galicia. Numerosos son los lugares que honran a Santiago, esto permite hermanar Galicia con muy variadas geografías. En Canarias encontramos algunos ejemplos, además de colectividades gallegas bien implantadas. 

En este 2021 la proactividad institucional deberá acompañar, en lo posible, al movimiento asociativo para adoptar iniciativas cuturales, turísticas y de todo tipo, con visión estratégica, perdurable.


Entonando el canto peregrino, Ultreia et Suseia, algo así como más allá, más arriba, en estos buenos propósitos y empeño. Sentarse y hablar. 

Citando a Goethe, Europa se hizo peregrinando a Compostela.

viernes, 28 de agosto de 2020

Xiao Roel

Era allá por mediados de 1976, a la vuelta de París, cuando Galín, otro exiliado parisino, hacía su presentación, más bien rentreé, en su casa en la Rúa Hortas, en Santiago. Por allí Xaime Noguerol, Pablo Ballesteros, Licho, Fernanda, entre otros. Muy cerca, la presencia de Kukas, Botana, Arturo Rosendo, Xiao Roel y muchos más. 

Se volvía a oír hablar de acracia y anarquía, si son conceptos discernibles. 

En los Porches, Galín monta tertulia a imitación de la que habíamos frecuentado en la Boule d'Or, en la Place Saint Michel, con Agustín García Calvo, tratando de presocráticos.Que si el fragmento del poema de la diosa de Parménides, que si Heráclito, que si las críticas al Estado del Bienestar. 

Por el café Derby, Fredi y sus amigos y amantes; en los locales de las Galerías Vía Cambre, también Polo, Arturo Cores, Carlos Meixide o Fernando Rosendo. A veces discutiendo sobre los consejistas, mis fijaciones por aquel tiempo eran Anton Pannekoek, Cornelius Castoriadis, Karl Korsch o los situacionistas representados en la obra La sociedad del espectáculo, de Guy Debord. Siempre con mucho apasionamiento, humos y alcohol. 

Por todo esto y mucho más pasó Xiao Roel por aquellos setenta en que lo traté y conocí. 

Pero aún antes fuimos vecinos en Vigo, por el Paseo de Alfonso XII y la Rúa de Santiago. Compartimos horas en la Cafetería Tropical, de Juanito, y en el Tapitas de Verísimo y en el Tres Ventanas de Albino, frente por frente de donde viví. 

Nuestros padres respectivos se conocieron y se trataron, el suyo era tipógrafo, imprenta Roel, el mío trabajaba en una consignataria, CONTRASA, que operaba trasatlánticos de pasaje tan conocidos en nuestro puerto como el Montserrat, Begoña, Covadonga o Guadalupe, todos bautizados con nombres de vírgenes, vaya usted a saber por qué. 

El caso es que mi padre, por cuenta de la consignataria o de la compañía naviera, la Spanish Line, le hacía algunos encargos al padre de Xiao, según me tenía comentado, documentado al figurar el pie de imprenta en la cartelería. Esto no lo puedo recordar personalmente pues, según parece, el fallecimiento del padre de mi amigo ocurrió a comienzos de los sesenta.

 Así, familiarmente, quiero recordar en la postrer hora a Xiao, inscrito en el espacio inviolable de la memoria que forman la Rúa de Santiago y el Paseo de Alfonso XII, con la proa puesta hacia las Islas Cíes. 

Que acompañe a su alma libertaria aquel verso de Konstantin Kavafis, que empezaba cantando...Me atreví y fui. Y para compañía del viaje el vino que sólo se atreven a beber los valientes. Él también compuso sus versos. Para quien lo quiera leer encontrará el poema Ortegal publicado en la revista de pensamiento A Trabe de Ouro.

Mañana en Boisaca, en compañía de Valle y Xiao. Salutem Pluriman.

domingo, 23 de agosto de 2020

Guantanamera

Entre las músicas, la base del son cubano alumbra un frondoso ramaje de expresiones musicales de origen afrocubano, irradiando las antillas mayores y menores para después viajar por los mares atlánticos, desembarcando en los puertos en las gargantas de los marineros, en cuyos voces suenan las notas acompasadas y lentas, cadenciosas y evocadoras del movimiento del oleaje, a veces manso otras brioso, arrastrando las vocalizaciones el raspado salitre de largas millas de travesía con enjuagues de los rones traídos de Jamaica, como dice la canción del barco que naufragó de ruta hacia Nueva York, o de Dominicana o cualquier rincón de las cartografías caribes.

 De entre estas músicas y cantos, una guajira de allá por el oriente cubano, Guantanamera, ensoñorea los ambientes canoros de bebida y venta y cocinado del quiñón de los años sesenta en bares de apertura en la última madrugada. 

Así fueron acunados mis primeros desvelos infantiles. Las notas ascendiendo como volutas por el patio de luces desde el Bar Jaime. 

La Guantanamera iba escoltada por la Bella Lola, agitando el pañuelo desde la playa, o las notas altas, cada vez más altas de otra habanera, señor capitán, déjeme subir al palo más alto de su bergantín. Ya sabemos, el barco se hundió, la culpa la tuvo el señor capitán que se embarrachó. 

Y así, ebrios de canto y alcoholes terminamos y empezamos la jornada en ese abrazo que no distingue día y noche. 

Guantanamera es como el himno oficioso de la Gran Antilla, una especie de canto un tanto evangélico a la pobreza en algún verso, a la amistad y a la lealtad que la apareja. También tiene algo de celebración de una variante o especie de locus amoenus de la palma y el arroyo.

 Si antes dijimos que Guantanamera podía ser considerada embajadora musical de Cuba por su popularidad y difusión exterior, también le honra el título de que su letra sea de la autoría del patriota cubano José Martí.

Con Guantanamera le brindo el saludo al nuevo día a mi amiga AL, que me dió la oportunidad de escucharla y recordar.

sábado, 15 de agosto de 2020

Senén Vaamonde

Senén Vaamonde junto a Luis Reimóndez, fallecido, Presidente de la Fundación Neira Vilas.
Conocí a Senén Vaamonde en el año 1974, presentado por el amigo común M.C, en el fragor de las luchas estudiantiles, en un ambiente agitado, incluso crispado, que vivía por aquellos años la ciudad viguesa, con numerosos conflictos laborales vivos y todavía con las heridas abiertas y supurantes del movimiento huelguístico del año 72.

 Senén estudiaba en el nocturno del Instituto Santa Irene cuando su traslado a Coia y fue de los primeros en incorporarse, después de hablar con él y proponérselo, a la LCR en el nocturno.

 Desde el diurno, ya en el curso 74-75, pero adentrados en el 75, planteamos la creación de una organización de las que llamamos de masas, a modo embrionario, de lo que pensábamos como un futuro sindicato estudiantil anticapitalista. Le pusimos Unión de Estudantes en Loita ( UEL ).

 La represión y el acelerado cambio de situación hizo que el proyecto quedara en unas pintadas, unas consignas distribuidas, elaboradas con imprentilla, y el inicio de contactos. Ahí estaba también Senén, en compañía de M.C.


Más adelante, finales de los setenta, antes del servicio militar, Senén demostró ser un perito automovilista y gran viajero, también por obligación de su profesión. Con él hice algunos viajes de alto riesgo, en los que marcaba records como velocista, poniendo a prueba su propia destreza. Además de los numerosos que tenemos hecho juntos por Galicia, recuerdo aquellos por la meseta a Madrid y otros por Portugal. 

De estos últimos, uno a Matosinhos, en compañia también de mi hermano Fito, a reunirnos con gente de la Convención Republicana de los Pueblos de España. A la vuelta, cargados de cartelería, en la alfándega, nos incautaron el material y nos citaron a declarar en Luis Taboada, emplazamiento de la policía gubernativa, disuelta ya, creo, la BPS. 

En los últimos años, Senén, se ha propuesto recuperar una parte de la discografía de su hermano Suso Vaamonde en un formato de libro con las letras de las canciones y el CD con las grabaciones. Estas ediciones cuentan con el valor añadido de unas primorosas ilustraciones alusivas a las letras, a las que complementan, de su hija Antía. 

Estos libros componen una tetralogía de títulos repartida entre grabaciones de poemas de Manuel María, Neira Vilas, las hermanas Dora y Pura Vázquez y la última entrega de Celso Emilio Ferreiro y una más, cantiga esta última de Bernardino Graña. Todos los poemas de los cuatro libro- disco musicados e interpretados por su hermano Suso Vaamonde. 

Cuando conocí a Senén, allá por el 74, tenía por novia a una chica sencilla y bondadosa, a la que todos sus amigos pronto apreciamos. Con esa chica Senén se casaría y sería la mujer de su vida y madre de sus dos hijos, Antía y Senén. Sin precisión de fecha, hará unos dos años, Fefi emprendió un viaje sin retorno, dejándolo en una temprana viudedad. 

Desde estas líneas recordamos a Fefi con apesadumbrada emoción, estrechando en un abrazo a Senén.

jueves, 13 de agosto de 2020

El asesinato de Trotsky

Con este título se presentaba un libro de Julián Gorkin en el Círculo de Lectores a principios de los setenta, libro cuya primera publicación era bastante anterior. En la edición de Círculo, de tapa dura, aparecía en destacado fondo rojo el rostro de Trotsky atrapado en los hilos de una tela de araña. 

Fue con esa ocasión que tuve mi primer contacto con la figura histórica, literaturizada y mediada por Gorkin, de Trotsky. 

Yo no había leído ni una sola línea de Trotsky ni sobre Trotsky antes. Debía tener catorce años. Por tanto, lo más importante para mí es que la inmediata simpatía hacia el personaje se produce desde la perspectiva de su muerte, que podría arriesgar a decir matirologio. Ante mis ojos aparecía santificado, aunque el libro no fuera una hagiografía. 

Julián Gorkin había sido dirigente del POUM y así aparecía reseñado en el libro. No obstante, a la fecha de la primera publicación de la obra ya había cambiado de campo. Dejo de lado cual pudiera ser la intención de la obra cuanto el rigor y verosimilitud de lo que expone. 

Para mí lo importante en esta reseña es el efecto que me causó aún siendo adolescente. 

Me llevó a interesarme por el POUM, pero sobre todo por Trotsky y sus escritos, algunos de los cuales me llegaron por Ruedo Ibérico,  y también, no tardando mucho, a militar clandestinamente. 

Pero hay algo mucho más importante, y es que llego al trotsquismo y al marxismo desde un crimen stalinista, desde algo negativo, interior al movimiento comunista. Esto conllevó para mi un cierto complejo de culpa compartida, tanto me posicionara trotsquista como su contrario. 

Finalmente, el día 20 de agosto de 1940 Ramón Mercader hundiría su piolet en el craneo de Trotsky, ocasionando su muerte al siguiente dia. Supongo que a partir de ese momento todos fuimos un poco más miserables, contrayendo el pecado originario de la deuda histórica. 

El Cronos de la Revolución devorando a sus criaturas. 

De cualquier modo, de todas mis decisiones, indecisiones y omisiones de una vida errabunda, si hay una de la que no me arrepiento es la de haber acordado en su día una militancia trotsquista en los últimos años agónicos del franquismo. 

Y haberme topado con el asesinato de Trotsky en un libro tan denostado como el de Gorkin.

miércoles, 12 de agosto de 2020

El circo en Vigo

Esta mañana temprano, que con la del alba sería, cruzamos breve conversación ,que ahora le dicen chat, mi amiga Ara y el que en este punto se pone a las letras. 
El caso es que le envío una foto de un circo instalado en beiramar, tal vez en los años cincuenta, y me pregunta por la huída de un león, con el consiguiente revuelo, sin poder aclararle el asunto, que de haber ocurrido hubo de resultar tragicómico. 

 Lo cierto es que los circos que yo recuerdo y con los que tuve relación por vecindad, en mi infancia de los años sesenta, fueron aquellos que se montaban en las proximidades al Campo de Granada, más o menos donde se inicia la Calle Venezuela, por aquella en proyecto o en comienzo de apertura por tramos. 

Entre los circos de aquellos años el Berlín Zirkus o el Circo Ruso retienen aún hoy la atención de mi memoria. Los circos de aquel momento exhibían un colorido pabellón de banderío dando a entender o sugerir un plantel internacional de artistas y un periplo igualmente internacional en su ambulante marcha.

 Igualmente utilizaban como reclamo las fieras, leones, tigres, elefantes. Entre los domadores, por su aspecto rudo y una gesticulación grotescamente agresiva, a la par que su cabeza afeitada con coleta histriónica, Taras Bulba, cuyo nombre supongo extraído de la novela de Gógol. Dato que por aquella desconocía. 

Aparte del espectáculo en pista o función propiamente dicha se podían visitar las fieras mediante pago aparte. Además de las antes citadas, me llamaban mucho la atención los mandriles y en una ocasión un pelícano, que papaba peixe sin apenas descanso. No fui capaz de adivinar su utilidad en el espectáculo, con lo que supuse que estaría allí por un azar y lo tendrían poco menos que de mascota al atribulado pájaro, sobreviviendo de la caridad circense.

La gente menuda, nosotros, de la vecindad nos presentábamos a ver si caían unas entradas gratis a cambio de mover tablones para las gradas y carretar agua de la fuente que había en la Ronda de Don Bosco, ya desaparecida. 

Aún eran los tiempos de la trapecista canaria Pinito del Oro o los payasos Hermanos Tonetti. Pero a los circos en Vigo tras la década de los sesenta ya no les quedaría mucho fuelle.

Volviendo al león fugitivo o fugado si alguien sabe, por favor, comente para aclaración de nuestra amiga y ver si entre todos lo encontramos.

martes, 11 de agosto de 2020

Nieblas agosteñas

Cuando el verano va doblando el camino y acuden a su cita anual las nieblas de agosto empanando la ría y como decíamos de niños ghabeando los restos de las muralllas del castillo de San Sebastián, arracimándose en el Paseo de Alfonso como plantas trepadoras en su escalada del mar, echo la vista atrás de este verano en el momento de su ascensión, veinte días antes del solsticio. 

En ese momento errabundeé por las calles del Vigo Vello acompañado de Arantxa Luna recorriendo algunas de las estaciones del vía crucis etílico de otro tiempo, ahora mucho más pausado para mí,  sin ocasión apenas de iniciarlo. 

Ese paseo en horas ya vespertinas tuvo su parada en la calle Real, en la cervecería el Salón, degustando el tueste ligero de dos  Alhambra. 

Allí me fue relatando con gran viveza, como acostumbra, su exótica estancia en China, donde su resuelta rubicundez la delataba como foránea.

 Antes, por el merodeo de las calles San Vicente, Eduardo Chao, líder vigués del republicanismo federal decimonónico y Gamboa, hasta la Plaza de Compostela, me fue desgranando las tramas de los tres lances de la Fiestra Valdeira de Rafael Dieste, con ese ambiente marinero que tanto gusta a su paladar, como las ostras de A Pedra. También me desveló su querencia por la narrativa fabulosa de Alvaro Cunqueiro y su lírica neotrovadoresca. En esas preferencias coincidimos.

 La recreación de esos momentos y los pasos en su compañía, ecos quizás de otros dados muchos años antes por esas mismas calles, fueron preludio alegre de este verano que desde el Paseo de Alfonso empieza a asolagar de nieblas agosteñas las por momentos afligidas Islas Cies, a veces risueñas. 

¿ Habrá otro verano, será otro paseo?

domingo, 9 de agosto de 2020

Lusofonía y Macaronesia

De los años residiendo en Fuerteventura, allá de mi llegada van más de veinte años, encuentro que pervive como descubrimiento en mí el concepto inicialmente geográfico, que hasta con alguna superposición podría mutar a geopolitico, de la Macaronesia. 

En sí de este concepto me atrae el hecho que sea un espacio múltiple de aguas y tierras archipelágicas situadas geográficamente en mares atlánticos no sé si correctamente conceptualizados más precisamente mesoatlánticos y políticamente pertenecientes a tres Estados: Portugal, España y Cabo Verde, los dos primeros de estos Estados pertenecientes a la Unión Europea, y a dos continentes, Europa y África. 

La región Macaronésica, a efectos de esta publicación, no se considerará en su total compresión y extensión sino en cuatro de sus conjuntos, vinculados a la lusofonía. En tres de los casos de forma plena o íntegra, Cabo Verde, Madeira y Açores, estos dos últimos de soberanía portuguesa y el primero en tiempos perteneciente al mundo colonial lusitano, liberado por Amilcar Cabral, en 1975.

 El cuarto caso merece una consideración distintiva, se trata de las Islas Canarias. Lo que se acostumbra a denominar español de canarias muestra su indosincrasia en la presencia de una lexicografía rica, de aportes de variada procedencia, consecuencia de sus constituyentes históricos y de su carácter de encrucijada tricontinental. 

Entre estos aportes: americanismos, andalucismos, guanchismos y lusismos. 

Algunos de estos préstamos, ya naturalizados en la lengua, fruto del retorno de un pueblo, en su tiempo emigrante a tierras americanas, principalmente Cuba y Venezuela. Otros por poblamientos superpuestos a modo tal vez de palimsesto sobre el lecho amazhigh, los llamados guanchismos, acreditados de modo notable, incluso inmutable, de forma abundante en la onomástica topinímica pero también en numerosos vocablos del actual decir cotidiano de manera eximia en los que designan utensilios tradicionales, alimento o variedades de ganado caprino en Fuerteventura pero también ideas abstractas, numerales, estaciones solares, hasta exclamaciones, entre otros. 

En lo que atañe a los lusismos, un caso particularmente señalado se da en la Isla de La Palma, juntamente con los americanismos. La razón de la presencia de lusismos apenas precisa justificación por la relativa cercanía, a occidente y oriente, de territorios ya nombrados como Madeira, Açores y Cabo Verde. Corrientes migratorias y comerciales debieron registrarse desde unos siglos atrás. 

Para nosotros los gallegos el encontrarnos con estos vocablos en tierras canarias fue como un reencuentro que nos entrañó más todavía con sus gentes y cultura. Vaya esto como brindis a los que dicen que el gallego fuera de Galicia no vale para nada! 

Así palabras, como millo, tolete, mágoa y muchas otras fácilmente las reconocemos como propias. Mágoa le puse por nombre a una sección del programa de radio Ultreia en aquellas tierras, donde se hacía divulgación de estas cuestiones lexicográficas a la par que se trenzaban relaciones comunitarias con estas cuestiones de lingüística viva. 

Quedan numerosas preguntas abiertas. Volveremos a insistir o más bien queden como sugerencias para ulteriores averiguaciones de los Interesados estás breves pistas que se ofrecen al lector. 

sábado, 8 de agosto de 2020

De Quico y La Riojana

La semana pasada Fito de la Viuda me comenta el fallecimiento el 28 de marzo de Quico de la Riojana. Ya han transcurrido algunos meses y las especiales condiciones de este último tiempo me habían vetado la información en su inmediatez. 

Mis recuerdos de Quico, con todo, no están asociados principalmente a la Riojana, pocos recuerdos tengo de él por allí. Aparte de encontrarse navegando, lo cual obviamente impedía su presencia, quien estaba al pie del cañón era Loli, su mujer, como todos recordamos. 

De la Riojana, citar los cavis, aquellos mediobocatas de alcriques, el vinillo o los quintos de cerveza,  resulta inexcusable. Loliña era un tanto maternal con todos, muy paciente.

 De entre la clientela, en su versión grupal, mencionar las tripulaciones de Cuba Pesca, alojados en la Casa del Mar, cuando se encontraban los barcos de su flota en operaciones de mantenimiento o reparación en los astilleros de nuestra ría. 

Esto en los años en que el Consulado de Cuba se encontraba en nuestra ciudad, allá por los setenta y ochenta , en el tiempo que Alfonso Lubián y Coral trabajaban en el consulado. 

De entre los clientes asiduos acude la figura de Orje cantando destempladamente una versión muy libre de Rosamunde, supongo que en remoto alto alemán. 

Mediados los setenta Quico abriría en Baixada á Laxe el Kiko's, así en genitivo sajón, lugar de interminables madrugadas, finalizadas con timba de poker y visita a la Boîte y A Pedra a desayunar ostras y albariño. También Quico tuviera algo por la Plaza de Compostela. Por ahí paré poco. 

Quiero dar remate un tanto circularmente a este abocetado retrato, años más tarde, en el lugar exacto donde estuviera la Riojana, calle Ballesta con Carral. Me refiero al Años Veinte de Pepe.

 En la Ballesta vivían Antonio el Che y Maruja, allí, Años Veinte, también junto a Arturo Regidor y el propio Fito de la Viuda, Gonzalo Álvarez o Arturo Rosendo, más ocasional, pasamos largas horas de vigilia. En esas ocasiones Quico mostraba sus buenas dotes de mantenedor, desgranando numerosas historias de su vida de marino, mientras impenitente, trasegaba whiskey sin despeinarse. También nos aplicábamos al canto, sobre todo habaneras.  

Aquellas horas hoy destilan bellos recuerdos de un Vigo que se va clausurando. Vigo de salitre y metal.

 Amigo, buen viaje en tu última singladura, que arribes a puerto seguro!

jueves, 6 de agosto de 2020

Minguela, avistamientos extraterrestres

Hay un skyline invisible suspenso sobre las aguas litorales, entre los márgenes de la ría viguesa, en el que ejecutan su danza en horas de alta madrugada platillos tripulados por alienígenas, tal vez selenitas, en noches de lunas como medallones argénteos. 

Un personaje destacado de la Rúa de Santiago, en su parte más encumbrada, lo atestiguaba. Era Minguela, propietario de la peluquería de igual nombre en Carral, a la que de niño iba a cortarme el pelo, habitualmente por las manos de Humberto, uno de sus empleados. 

Minguela, creo recordar, tenía también casa por Nigrán, desde donde establecía su particular observatorio de fantasía astronómica.

 Acudió en.ocasiones a Directísimo, programa televisivo en blanco y negro presentado por José María Íñigo, al que también llegó a asistir Uri Geller.

 Eran tiempos de Ufología televisiva, auspiciados por series americanas como los Invasores o proyectados a las galaxias, Perdidos en el Espacio, donde los humanos disfrutábamos del contrasentido de la condición de alienígenas. 

Sea como fuere Minguela atestiguaba algo cierto, la magia cósmica de la Ría viguesa y tal vez que las Islas Cíes pudieran ser una base o puerta a esos mundos. Habría que practicar espeleología marina en sus aguas y furnas para intentar averiguarlo pertrechados de buen humor. 

Sea esta ensoñación para lembrar a un vigués rueiro como el bienhumorado de Minguela, peluquero. 

Estas letras madrugadoras y un tanto precipitadas se deben al agasallo de una inalcanzable amiga, que deja en ese medio privilegiado de comunicación que es el whatsapp, el vídeo de Nico Pastoriza e Ivan Ferreiro, Ovnis entre Cies y Nigrán. 

Desde estas líneas desveladas mis saludos distópicos a tan musical emisaria.

martes, 28 de julio de 2020

El Bayona

Hay un bramante invisible que anuda el Almas Perdidas, el Bayona, asciende por Pobladores y nos deposita a los pies del Olivo, en el Paseo de Alfonso, frente al Chafarís.

 Desde la acera volada, con la vista puesta en la ría, las Islas Cíes.

 A esas horas, saliendo del Bayona, no son crepúsculos, sino púrpuras de amanecida. 

Si en el paladar empezamos a tener presentimiento de resaca de una noche insomne, un cierto aturdimiento, vértigos y sensación de vacuidad postcoital ¿Qué nos queda?.

 Es subjetivamente imposible que a la noche suceda el día y además no hay una línea limpia que bisele la luz de las tinieblas cuando se interponen horizontes bermejos como si el vino se hubiera derramado en una discusión de taberna. 

En ese impreciso momento en que tal vez las piernas se niegan a soportarnos y en el que también cabe la oscilación entre la euforia y la depresión, tras una noche de extenuación alcohólica, ahí aparece la visión de las islas como escuadra a la deriva o como refugio de naufragio pirático o corsario. 

Pudo ser así, no es cosa sabida, que Loreléi sintiera añoranza de lo perdido y quisiera anclar en el puerto de Vigo, impartiendo aliento de corazón impetuoso, con la azul pupila proyectada en los misterios oceánicos a los que tal vez pertenece.

jueves, 16 de julio de 2020

Pensando en Loreléi

Es una noche inusualmente calurosa en la que resulta difícil conciliar algo de sueño profundo. 

Mi mente se muestra confusa, agitada, pero en algún momento la sensación térmica se invierte y alguna presencia leve, sutil en su intenso aroma vegetal, muy floral de fragancias diversas, algunas poco discernibles para mi olfato, se presentiza y a pesar de estar las ventanas abiertas una opresión de espacio clausurado se instala. 

El Vórtice vegetal porta tierra y agua, formando un chapapote o lameiro del que emergen unos vermes de fosforescencia verdosa. 

Esa argamasa sella ventanas y puertas dando lugar a viscosidades ululantes. 

De esta confusión surge perdedoramente salvífica, Loreléi, con sus cánticos aterradores y seductores, emisarios del dulce veneno de la locura, inoculado en las sinapsis de un cerebro excitado. 

Era un verano cálido y húmedo suspenso en unas dilatadas pupilas. 

Para siempre.

martes, 7 de julio de 2020

Teorética y Pragmática

Esta misma mañana, hace apenas unas horas, en el transcurso de la grabación de unas entrevistas, tuvimos ocasión de comentar algunas lecturas de la militancia estudiantil en los primeros setenta. 

Así se fueron desgranando autores y títulos más frecuentes de lectura obligada, bien fueran en resúmenes y charlas de formación, bien en lectura íntegra para los más aplicados.

 Podemos decir que algunas lecturas eran comunes para iniciarse, tal era el caso del Manifiesto Comunista de Marx y Engels, Trabajo asalariado y Capital o Salario, precio y ganancia de K. Marx. Ahí se asentaban las nociones de Plusvalía, de clase y lucha de clases.

 De Lenin, dos textos referenciales, El estado y la revolución o El imperialismo, fase superior del capitalismo. Si de Stalin, El marxismo y la cuestión nacional. De Mao, las Cuatro tesis filosóficas o el Libro Rojo. También, los " best sellers" militantes de Marta Harnecker sobre el materialismo histórico y el curso de filosofía de Politzer. 

Parece constatado, que la mayor proliferación de grupos y partidos eran prochinos o albaneses, y sus fijaciones eran la larga marcha, el Foro de Yenan y la Revolución Cultural. En algunos de estos grupos la lectura de Louis Althusser o Paul Sweezy era frecuente. Otros autores Maurice Dobb o Nicos Poulantzas. 

Lecturas casi privativas de troskos eran El Programa de Transición de Trotski, manifiesto fundacional de la Cuarta o la Revolución Permanente. Los escritos de Ernst Mandel integraban el acervo de lecturas militantes del trotsquismo del Sectetariado Unificado de la Cuarta, una de las tendencias más nutrida e influyente de la posguerra, tras el asesinato de Trosqui en Agosto de 1940 y con posterioridad al fin de la segunda guerra mundial. 

El Sempre en Galiza de Castelao era una lectura imprescindible.

 Por supuesto, esta no es una enumeración exhaustiva ni mucho menos, ni tampoco lo pretende. Aunque convenimos que sin formación la militancia hubiera sido un pollo sin cabeza, también tenemos claro que en las circunstancias de clandestinidad de aquelllos años setenta apremiaba la acción.

 Tanto así que recordemos algunas cabeceras de las organizaciones ilegales: la del FRAP, "Acción", sin más, directa y dabondo expresiva; la de la LCR " Combate" ; finalmente, la de la ORT, "En lucha". 

En todas consta una apelación directa a la acción. 

De cierto, nuestras organizaciones no eran clubes filosóficos. Una cosa es enunciar teoremas y otras hacer política organizada en clandestinidad. De la teorética a la pragmática, la política se ve impelida y absorta por la pragmática.

 Estas breves y apresuradas líneas están dedicadas a toda la militancia que algún día fue, a nuestro movimiento estudiantil de medias y específicamente a quienes hoy acudieron a la sesión de grabación: Senén Vaamonde, Lidia del Río, Rita Pérez, Manuel Forcadela y Enrique Parcero.

lunes, 29 de junio de 2020

Cafetería Gran Vía

Hoy me di una vuelta por Pontevedra en compañía de mi viejo querido amigo de mediados de los setenta José Quintillán. 

Volviendo la mirada atrás, entresacando de los recuerdos, dimos con nuestros huesos en un espacio sacral, verdaderamente inciático en el barrio de As Travesas, en Vigo. 

Mi vida puede decirse que transcurrió, dicho esquemáticamente, entre las calles y plazas del Vigo viejo, los predios de Castrelos y el rueiro de As Travesas, en la contorna del Instituto Santa Irene. En ese espacio simbólico y sus prolongaciones se nuclearon mis primeras luchas estudiantiles, hallando arropamiento en el Gran Vía de Roberto Magariños y Avelina, que nos permitían dejar carpetas y libros para tener las manos libres en nuestras correrías con la policía. 

Ya a finales de los setenta y comienzos de los ochenta el Gran Vía se vería poblado de una gran biodiversidad con sus correspondientes nichos ecológicos. Esa exuberancia faunística contaba con mesas de políticos, mariguaneros, naipe o músicos.

 Entre estos últimos Alberto y Rubén Pérez, el fallecido Jaso o Santi Mouriño, por citar cuatro. En As Travesas nació una afamada Big Band con el mismo nombre del barrio.

Volviendo al Gran Vía decir que se veía animado por la presencia de alumnos y profesores del Santa Irene. Entre ellos Méndez Ferrín tomando un café rápido y llevándose unas Farias, probablemente envueltas en unas servilletas de papel. 

Otra figura habitual era el profesor de matemáticas Rufo Pérez acompañado en ocasiones del también profesor de física y química Roberto Dopazo.

 Una presencia frecuente era el antihéroe de historieta de estrafalaria presencia envuelta en gabardina con pistola, Pardavila. 

Quiero añadir en este recuerdo a Emilo Mouriño, Rafael Freijeiro, Rogelio,  Julia, Fito Pérez, Marcial y Manuel Piña, Fernando y Elisa, Magdalena y Dori Quintillán, Rita Pérez, Quique Parcero y tantos otros. 

El café Gran Vía fue a modo de epítome de un barrio y un tiempo: as Travesas y las décadas de los setenta y ochenta. Eso si, con solera de décadas anteriores.

lunes, 22 de junio de 2020

Noche Mágica

Para Loreléi
Todas las noches lo son, en ellas se agita el espanto de las pesadillas y se manifiesta el dolor de esclavos que padecemos en onirismos cargados  de simbolismos trufados de angustia y terror. 

Pero hay noches que lucen el gallardete de mágicas por encima de cualquier consideración, habitualmente asociadas a los movimientos celestes o ciclos cosmológicos y en otros casos al ciclo Eros-Tánatos o ciclo genesíaco con pulsión de muerte. 

Pero quedándonos en lo más superficial, en lo fenoménico, en la manifestación de lo profundo, la noche de San Juan o solsticio de verano, pagana o cristiana, sincretismo cultural tal vez, muestra en muchos lugares la asociación entre dos purificaciones, la del fuego y la del agua. 

Saltar la hoguera y el rito bautismal del baño, en el caso " das sete ondas " añade el significado de fecundación, son manifestaciones limpias de esto que decimos. 

La fascinación del Fuego- Sol es innegable, hipnótica y la atracción- temor de arrojarse al fuego y abrasarse también, tal vez para renacer como el Ave Fénix. Otro rito del agua que purifica es el lavado de cara,  manos y brazos con un conjunto de hierbas reposadas en agua en horas previas. 

Como es sabido, en el hemisferio norte el día de San Juan marca el momento en que el Sol empieza a declinar y los días imperceptiblemente se tornan más cortos, mi abuela decía que a "paso de galiña ". 

No obstante, para mi las hogueras de San Juan están ligadas al feliz recuerdo del fin de las clases hasta septiembre y el comienzo de un nuevo horario ampliado de juegos al aire libre hasta bien entrada la noche, mi amiga y aliada. 

De todos modos, entre los mitos, leyendas y símbolos mi preferencia está con las fuentes de los bosques y sus guardianas, las rubias ninfas como Lorelei. 

Finalizando, diré que mi afán secreto era levantarme muy temprano en la mañana de San Juan y contemplar absorto en total soledad las pavesas de la hoguera humeantes y revolver con un palo o con un puntapié el rescoldo y ver renacer en diminutas hogueras el fuego.

 De esas brasas renacidas brotaban pequeñas esperanzas incumplidas. 

Felizmente.


domingo, 14 de junio de 2020

Santa Irene, geografía humana(urbana) viguesa, 73-75

El instituto Santa Irene en los años 73-75, pongo por caso, y tomando la parte por el todo, esto es su alumnado por la institución, se derramó por algunos itinerarios urbanos del municipio en una ósmosis o intercambio entre las aulas y los bares.

 Y como estoy refiriéndome al sector politizado y más o menos culturizado en el marxismo militante podré decir que de forma apoximada había tribus por filiación partidaria, aunque no muy estricta, si bien habitualmente frecuentando espacios compartidos.

 Con un aire común gauchista, esas fratrías estaban signadas por etiquetas tales como maoístas, surtidos de siglas varias, trotsquistas, carrillistas o peixes y de más escasa presencia, tal vez más discretos o clandestinos, los nacionalistas. 

Ese derramarse al que hacía mención hallaba sus receptáculos en lugares con nombre propio, muchos desaparecidos, que merecen citarse para ser rescatados del olvido. No se trata de un mero nomenclator enunciativo, fueron lugares de iniciación en el ritual de paso de nuestras adolescencias a la imitación de nuestros mayores. 

Lugares de culto al vino, a la cerveza, a la música, a veces al canto, a la conversación, a la discusión y hasta la confidencia. También a veces lugares para disimular citas de seguridad tras una acción. 

Cito nombres, en el Paseo de Alfonso la cafetería Miramar, desde hace años desaparecida, no confundir con la actual cafetería el Mirador. De bares o tabernas, por supuesto la Viuda y el Bosque con su reservado, pero también muy frecuentado el Cotorro, asociado a la memoria dolorosa de Xosé Humberto Baena. Chavolas y el viejo Porco o Casa Sánchez, Gazpara, entre otros en la zona de vinos, entiéndase calle Real, Constitución, Princesa y aledañas. 

Las cervecerías, el Laurel, el Pasillo o ya en las Avenidas, cervecería Joaquín. Para el barrio de Casablanca, Casa Dalmiro, con las cacheiras penduradas del techo, practicamente se diría alicatadas las paredes de anatomía porcina. 

Ya más en plan reunión clandestina de urgencia el bar León, ascendiendo al Calvario o de forma mucho más resuelta, previa a algún salto, de lleno en el Calvario, en los umbrales de Ramón Nieto, la Cafetería Alaska, para alguno de nosotros aroma a pólvora, peligro, pase a la acción inminente. Y vamos a dejarlo ahí. 

Los brazos del Santa Irene en Coia fueron largos y se extendieron como tentáculos por la ciudad en una geografía humana(urbana) de abrazos solidarios.

sábado, 13 de junio de 2020

La banda sonora de nuestras luchas

Volvemos al instituto en el Santa Irene en Coia. Hablaremos del curso 1973-74. Pero sobre todo en esta ocasión descaradamente del alumnado politizado y por tanto estas líneas tendrán un enmarque histórico entre dos acontecimientos que influirán desde afuera, esto es, no producidos en el marco estatal español. 

Estos dos acontecimientos históricos son de signo contrario. Uno, de frustración, el otro de esperanza. Me refiero, en el primer caso, al golpe de estado de Augusto Pinochet en Chile, derrocando al Gobierno de Unidad Popular, presidido por el socialista Salvador Allende, el 27 de septiembre de 1973, por tanto cuando se iniciaba el curso. El segundo, esperanzador y jubiloso acontecimiento, fue la Revolución dos Cravos el 25 de Abril en Portugal, protagonizada por el Movimento das Forças Armadas (MFA) en conjunción con el pueblo portugués.

 En ese movimiento pendular reacción/revolución en dos escenarios hemisféricos diferentes se produce el abalar de la discusión ideológica en los cenáculos militantes, también en nuestro instituto, tan politizado e ideologizado. 

Pues bien, aquellos hechos tuvieron su banda sonora.

Amenizando los debates y la movilización, la militancia necesita himnos y nosotros los adoptábamos de allá donde se produjeran movimientos de masas, para denunciar o para animar. 

Así recuerdo las canciones del uruguayo Daniel Viglietti o de los chilenos Quilapayún o Víctor Jara. También a Joan Báez con el No nos moverán, ya adaptado al gallego o a Bibiano con el Vello can de Palleiro, al que acompañábamos en el estribillo, abaixo a dentadura, coreando el abaixo a dictadura, como así hicimos en un acto organizado en el Instituto del Calvario, probablemente promovido por los Comités de Ensino Medio, aunque lo considero celebrado ya en el curso 74-75.  En aquella ocasión Bibiano estuviera acompañado musicalmente por un jovencísimo Emilio Cao.

 Claro está, el Grandola Vila Morena de Xosé Afonso nos acompañó hasta hoy. 

Estos cantautores y canciones, así como algunas otras integrarían la banda sonora de aquellas jornadas si nuestras vidas fueran material fílmico. La música y el canto acompaña a las gentes en las alegrías y en la penas, en la vida y en la muerte. También en las luchas sociales y contra las dictaduras. Algunos cantos más corales y polifónicos, en otros la voz solista solidaria que anuncia y empuja con su soplo sobre las brasas, avivando el fuego de la rebelión. 

El recuerdo de estos sones lo compartimos estos días Manuel Forcadela, Fito Pérez y el que garabatea estas líneas. 

Vamos reconstruyendo el tiempo que nos destruye.

miércoles, 22 de abril de 2020

Monasterio benedictino de Samos

Allá mediados los años ochenta me retiré por un breve tiempo al monasterio de Samos, del cual me hablara mi amigo Xiao Roel, que al tiempo me lo recomendara por la estancia que allí tuviera Pancho Valle Inclán, parece ser que con ocasión de preparar unas oposiciones a bibliotecario.

 En mi caso se trataba de conocer desde el interior del silencio cenobítico que podría ser eso de la vida del retiro monástico aunque no con intención de profesar. Así me puse en contacto con Pedro de la Portilla, según creo recordar, hospedero del monasterio de San Julián de Samos por aquel tiempo. . 

Llegué procedente de Vigo, parada en Sarria, con una fuerte nevada y encontrándome una misa de cabodano, por lo que tuve que esperar a ser recibido en la hospedería. Me llamó la atención, profano en materia arquitectónica, la doble escalinata de acceso a la Iglesia que me pareció la aproximación a una réplica de la que viera en Santiago de Compostela en la Plaza del Obradoiro para ingresar en la Catedral.

 Tuvo para mí algo de premonitorio aquella asociación de ideas o impresiones.

 De esa primera visita recuerdo al prior, en funciones abaciales, padre Agustín, magnífica voz en el canto gregoriano y al hermano Julián, de enorme e imponente estatura, responsable de la destilería en la que se elaboraba el espirituoso licor Pax, del que tuve ocasión de probar unos tragos.

 También los monjes disponían en el exterior de un surtidor de gasolina que les permitía algunos ingresos. 

Ya en el interior, los dos claustros, el gótico o llamado de las Nereidas o el neoclásico de Feijóo, mucho más grande, presidido por una gran escultura de la autoría de Asorey representando al propio Feijóo. De ahí el nombre claustral. 

También de Asorey un busto en una escalinata, ya interior, del tudense Padre Salvado, monje bendictino por tierras australianas, según se dice, introductor del eucalipto en tierras gallegas. 

Ya en la hospedería pinturas murales alegóricas algunas a la bienaventuranza celestial o escenas de San Benito y Santa Escolástica. Asimismo las celdas que habían sido ocupadas por Ramón Cabanillas y Feijóo rotuladas con sus nombres. De Cabanillas había leído años antes el poemario en lengua gallega Samos, de los primeros libros sino el primero de los editados por Galaxia. 

Pasando al refectorio, la refección en silencio ordenado por el tintineo de la campanita del prior, un púlpito desde donde se hacían lecturas sobre tiempos medievales de cruzada, salmos o glosas a la vida de San Bernardo de Claraval o la propia regla benedictina o las andanzas de Benito de Nursia en Montecasino. Este refectorio estaba presidido por oración que decía: Nostra conversatio in coelis est. Y así permanecíamos silentes. 

Pero tal vez lo más singular para mí fuera que en este cenobio de Samos se produjo mi primer contacto con el mundo jacobeo, ahí conocí los primeros peregrinos que venían por el camino franco tan cerca Samos de Triacastela y Pedrafita do Cebreiro, donde según la leyenda tuvo lugar el milagro del Santo Grial, cuyo cáliz preside hoy como heráldica la bandera gallega. 

Ultreia et suseia... 

sábado, 18 de abril de 2020

Primavera de libros

Nos encontramos en el ecuador del mes de abril, doblando el paso de los días que lo componen. A este mes se le asignó la celebración del libro y se le puso por fecha señalada la festividad de San Jorge, el día veintitrés. No porque se honre al santo enemigo del Dragón sino por acumular en él los aniversarios del fallecimiento de W. Shakespeare y M. Cervantes, según parece, aunque esto no es lo importante. 

Claro parece que el libro está ligado a la escritura pero ésta es anterior al libro, así la aparición de signos que pudieran tener valor de representación fonética o bien semántica o bien ideográfica, ya fueran pictogramas o alfabetos es muy antigua, de miles de años, realizada en piedra, hueso, madera o cualesquiera otra materia. 

Pero no es sino desde el rollo de papiro hasta la impresión del Misal de Constanza por Guthemberg en el siglo XV que aquella primitiva escritura va haciéndose libro. A partir de la irrupción de la Galaxia Guthemberg hasta nuestros días el libro y la lectura no han dejado de crecer casi exponencialmente, multiplicándose títulos y tiradas de ejemplares, de tal modo que con las masas alfabetizadas no hay hogar donde no se encuentre algún libro, sin entrar en distingos. 

Claro está que me refiero al contexto cultural de nuestro entorno, preferentemente europeo. Siendo cierto que hoy se lee más que hace cuarenta o cincuenta años paso a hacer brevísimo recuerdo de mi iniciación a la lectura. 

Entre mis lecturas infantiles y juveniles de los años sesenta, hasta el setenta más o menos, destaco los títulos de Mis cuentos de Hadas, versiones primorosamente ilustradas de los Grimm, Andersen o Perrault, comprados en las librerías Pax, en Elduayen, por entonces calle Calvo Sotelo y Librería Galdós en Falperra, ambas desaparecidas. También los libros, heredados de mi madre, de Richmal Crompton, Las aventuras de Gullermo el travieso, o los del Club de los 5, de Enid Blyton o Viaje al centro de la tierra y otros de Julio Verne, Salgari, Jack London . O la literatura detetivesca de Conan Doyle, de la mano de Holmes y Watson y la gótica y terrorífica de Mary Shelley y Bram Stoker, por supuesto. 

Posteriormente, ya iniciando los setenta, las visitas a la Almoneda de Xosé María Álvarez Blázquez, en Pi y Margall, por aquella General Aranda, allí lecturas en lengua gallega, títulos publicados en Edicións Monterrey y Editorial Castrelos, de su propiedad, también compra de la Revista Grial y sus suplementos.

 En Librouro, de la mano de Antón Patiño, Antoloxía Popular de Heriberto Bens, editada por el Padroado da Cultura Galega de Montevideo, con capa de Luis Seoane o el Sempre en Galiza de Castelao en edición As Burgas, de Buenos Aires, en papel biblia, a biblia pequena da galeguidade. 

En la librería A Esmorga, en la calle Gamboa, de Pepe Ulloa, el teatro de Sartre o de Brecht, editorial Losada, de Buenos Aires. También ambas desaparecidas. La editorial y la librería. 

Finalmente, la librería Curros Enríquez, en Canovas del Castillo, igualmente finada, recuerdo a la venta las obras que supongo completas de Manuel Azaña. No estaba a ml alcance adquirirlas, de esto me quedó una cierta amargura hace años superada. Al igual que en A Esmorga títulos publicados en el exilio americano por Fondo de Cultura Económica y otros.

 De todas las librerías citadas permanece activa sólo Librouro, que por su esfuerzo y longevidad merece un reconocimiento y homenaje aunque el mejor sea seguir visitándola. Comprar libros y mejor aún leerlos. Feliz abril de lecturas y así todo el año.

jueves, 16 de abril de 2020

Luz de Mafasca

Voy a referirme en esta publicación a una creencia, patrimonio inmaterial, atinente al corpus de tradiciones del pueblo majorero, como es sabido pobladores de la isla de Fuerteventura, por no decir Maxorata, ya que según parece esta denominación hace mención a uno de los dos reinos, o si se prefiere menceyatos, anteriores a la conquista normanda de Jean de Bethencourt y Gadifer de la Salle. 

Pido disculpas a otros más versados que yo por los posibles errores o inexactitudes históricas que pudiera cometer, si las hubiere.

Los destinatarios de esta breve divulgación no son tanto los naturales isleños cuanto personas advenidas de varias procedencias. 

A los meses de haber arrivado a la Ínsula Tranquila, como de aquella se pregonaba, oí hablar de la luz de Mafasca como de una presencia misteriosa ligada al país de los muertos.

 Al principio, sin mayor conocimiento, pensé en algo semejante a una aparición procesional o cortejo fúnebre de difuntos, al modo de nuestra Santa Compaña, premonitoria de algún fallecimiento próximo a acaecer, donde en ocasiones el testigo de la aparición pasará a tomar el relevo en la procesión de los muertos. No era esto.

También barrunté que su ocurrencia fuera por así decir estacional, ligada al tiempo de difuntos, pero tampoco. De tercera alternativa, me dije sino sería algo como unos fuegos fatuos asociados a los lugares de enterramiento, que ascendieran visibles en las noches ante inoportunos visitantes. Tampoco resultaba ser este el caso. 

Finalmente, qué es la luz de Mafasca?. Según se cuenta por los que dicen haberla visto la luz de Mafasca se puede presentar inopinadamente acosando a quien se le aparece de forma entre juguetona y maliciosa, asustando, pero sin causar daño irreparable, es una luz con atributo de inteligencia y según parece ánima con ánimo reparador de ofensa padecida. 

Y nos detenemos en este punto para aventurar su significado histórico en la profanación de una tumba, allá por Cofete, por unos pastores, en la noche, arrancando una cruz de la sepultura con el fin de calentarse y asar una cabra o carnero con su leña. De ahí la maldición de la aparición. 

Conforme a este relato la luz de Mafasca sería una tradición relativamente nueva o no muy antigua. Quede para los más motivados o interesados la averiguación o inquerimiento de mayor enjundia.