jueves, 23 de enero de 2020

Suso Vaamonde

Foto: Río Oitaven. Verquido das cinzas de Suso.Topábame aquela mañá do dezaséis de Febreiro do ano dous mil extraviado no campus da UNED en Madrid. Diariamente por aqueles días collía o tren de cercanías procedente de Ávila, onde vivía, con destino Madrid. Soa o móvil e unha chamada de Gonzalo Gómez, quen conocera a Suso en Venezuela, me comunica o pasamento de Suso Vaamonde. Algo inexplicable para min, pois xa levaba tempo fora de Vigo e descoñecía a enfermidade que estaba a aturar e que levóuno a unha morte prematura. 

A familia Vaamonde-Polo establecérase en Vigo nos sesenta e foron unha presencia destacada na nosa cidade, tanto no eido profesional, como social, cultural e mesmo político. A nai de Suso, Araceli Polo, mestra comprometida, e Xesus Vaamonde Campos, propietario dun almacén de textil e calzado.

 Das inquedanzas desta familia agromaron iniciativas numerosas que tiveron como destacados protagonistas aos irmáns Luis e Suso Vaamonde Polo, que se concretaron en grupos como A Roda ou as numerosas intervencións conxunta ou separadamente dos citados irmáns. É preceptiva e indispensable a consulta e lectura do libro de Miguel Boó, "Suso, Voz de Trebón", para saber máis e afondar nos detalles desta familia e non é este lugar para extenderme no caso. 

Coñezo a Senén Vaamonde, o máis novo da familia por aqueles anos, a remates de 1973, no fragor das arriscadas loitas estudantís antifranquistas de ensino medio en Vigo, esta circunstancia púxome en contacto coa súa familia. 

Suso destacóu en vida non só pola súa potente voz e rexo carácter senón como compositor, musicando aos mellores poetas do país e productor de numerosas agrupacións musicáis. A pesares desto o tempo foi botando terra á sua memoria. 

No ano 2016 Senén presenta o seu primeiro traballo editorial sobre a base dun disco que Suso grabara adicado aos poemas para nenos de Manuel María, titulado Os Soños na Gaiola. Isto supuxo o inicio dunha resurrección musical de Suso, que tivo continuación en sucesivas entregas doutros títulos, que xa van polas catro, a derradeira deste ano adicada a Suso e Celso Emilio Ferreiro. Polo medio as adicadas a Neira Vilas e ás irmás Pura e Dora Vázquez.

 As reedicións destes traballos, como dicíamos, remozóu o legado e a memoria de S.V. O noso artista e autor foi nado na aldea de Regodobargo no concello de Pontecaldelas. Este ano cúmprensen vinte anos do seu falecemento e a Corporación Municipal co seu alcalde Andrés Díaz quere facerlle recoñecimento cun programa de actos a desenvolver o vindeiro domingo 16 de Febreiro, que terá inicio as 12 da mañá á beira do Oitaven cunha ofrenda floral e a interpretación da marcha procesional do Antergo Reino de Galicia para, tralo xantar, na Casa do Pobo descobrir unha placa na que se recolle o nome de Suso Vaamonde como o que levará en diante a antedita Casa.

 Xa na tarde se desenvolverá un festival musical presentado polo actor Morris e que contará tamén co recitado do poema "Cantiga a un amigo" da autoría de Mini na voz de Senén Vaamonde. 

Outros intervintes neste festival: A Quenlla, Alfredo Dourado, Luis Vaamonde, Pepe Iglesias e Miguel de Combarro.

 Suso Vaamonde ten rúas adicadas en Salvaterra, Redondela e Vigo. Dende esta cidade onde tanto tempo residíu e tanta pegada deixóu, onde reside aínda a meirande parte da súa familia directa e numerosas amizades amosamos a nosa adhesión ao vinte aniversario en Pontecaldelas. Na lembranza de tantos viños na Viuda, No Chavolas, No Porco, no Bar Novo e así infinito. 

Grazas Suso por tanto que entregaches e polo moito que sementaches. Saúde.

domingo, 19 de enero de 2020

Casa Gazpara

En la Plaza de la Princesa de Vigo se encuentra Casa Gazpara. En mi infancia hacía parada en compañía de mi padre camino de la Plaza de Abaixo o Plaza da Laxe para visitar a mi abuela que trabajaba en un puesto de la Panificadora en este mercado. 

Transcurridos algunos años, ya en los setenta y de ahí en adelante, frecuentaría Casa Gazpara hasta aproximadamente mediados los noventa. 

En los sesenta había una clientela variopinta, destacando que por aquel tiempo la casa consistorial tenía su emplazamiento entre la Plaza de la Constitución y la de la Princesa, eran los tiempos de Portanet y empleados de la institución eran visitantes de los bares aledaños.

 En 1964 José Puente, procedente de Cádiz aunque de origen estradense, en compañía de su hijo Avelino, se hace cargo de Casa Gazpara hace ya 56 años. Hasta aproximadamente el año 1970 el negocio albergó también un pequeño estanco según se entra a mano derecha. 

Ya por esas fechas Avelino, en compañía de su mujer Isaura Requeijo Maceira y su cuñada Lala en la cocina son plenamente dueños de la situación y el Gazpara es una casa de vinos de la tierra y comidas caseras con producto fresco de elaboración tradicional gallega, sea pulpo, almejas a la marinera, merluza a la gallega o chipirones encebollados; también caldo, cocido, ternera asada con patatas y pimientos y a los postres flan de la casa o tarta de Santiago. El repertorio gastronómico era y es mucho más extenso. 

Pero no es en este aspecto reseñable donde quiero enfatizar sino en el aspecto social y convivencial de vida en común de los que allí algún día nos autoconvocamos.

Este recoleto lugar fue durante muchos años una miscelánea de residentes del barrio del casco vello y por su céntrica ubicación de gentes de paso, transeúntes y turistas, pero sin perder, sobre todo entre los clientes de mostrador chiquiteros de antaño, el sabor de barrio, gentes de cuadrilla, pues se acostumbraba a beber en grupo. No obstante, cualquiera de los habituales con solamente hacer aparición ya conectaba sin necesidad de citarse, al punto de echar en falta las ausencias de los que diariamente o casi caíamos por allí. Sin embargo, al contrario que en el bar Chabolas o la taberna la Viuda, no era lugar muy dado a la expresión canora, acompañante tantas veces del vivir tabernario. La hora más frecuentada era la del mediodía, en la que se mezclaba el chiquiteo con las comidas y a la sobremesa las partidas de cartas. A esa hora fuerte el ritual de socialización alcanzaba su mayor intensidad. A última hora de la tarde recobraba tono pero ya más decaído.

 Entre los amigos, clientes y vecinos de la zona, quiero recordar a tres ya desaparecidos. El primero, Enrique, quien trabajaba en la biblioteca pública de la calle Romil, otro, Fernando Fandiño, de la Rúa de Santiago y destacadamente a Enrique Arcos Conde de la calle Joaquín Yáñez, presencia ineludible en todo el casco vello y hostelero él también en la Rúa Real a la par que electricista, conocido como Cucho. La familia de éste estaba marcada por el dolor del fusilamiento de su abuelo Ramón Conde, dirigente comunista durante la República, siendo la madre de Cucho, Nieves, hija póstuma de Ramón. 

Entre los también desaparecidos, inolvidable Lino, el propietario, marido de Isaura. Tenía Lino, al principio citado como Avelino, hijo de José, el iniciador de esta historia, la costumbre tras abrir la puerta del negocio y servir los primeros cafés y sol y sombras hacer una pausa rápida y ojear el Faro de Vigo. Pues cuando la ciudad anunciaba las entrañables fiestas navideñas y se engalanaba para recibirlas con modestia, un 14 de Diciembre, a primera hora de la mañana Lino exhalaba silenciosamente su último suspiro al servicio del negocio al que había dedicado las horas de su vida. 

Su muerte prematura en la cincuentena nos dejó huérfanos un poco a todos en el barrio. Han pasado 26 años de su desaparición y 56 de aquel momento de iniciación del Gazpara de los Puente-Requeijo. Al frente aún permanecen Isaura y su hijo José Manuel. En la cocina Lala. 

No sabemos por cuanto tiempo, los años avanzan inexorablemente, venciendo cuerpos y voluntades. De momento los cinco óleos de temática ribeirán con figuras de pescadores de Ernesto Bao, tan apreciados en sus visitas al local por Mario Granell, nos contemplan.