lunes, 16 de agosto de 2021

Docencia y Presencia

Este es un artículo de gratitud y reconocimiento a Fernando G. Martín, ingeniero industrial, profesor en activo de las distintas ramas de la estadística.

 Había interrumpido durante largos años mis estudios de Ciencias Políticas en UNED Pontevedra y cuando regreso a darles fin tengo la fortuna de entrar en contacto con Fernando, quien me sería de gran ayuda para obtener mi titulación, obteniendo una buena nota en Estadística aplicada a las Ciencias Sociales. La modalidad de las clases que recibí fue presencial aunque telemática con respecto a la UNED, también en esta vertiente tuve el valioso apoyo de Fernando G. Martín.

 Voy ahora a tomar en cuenta algunos aspectos docentes de esta docencia-presencia. En una asignatura en la que pareciera que prima lo numérico, introducción de datos abstractos y lo calculístico sobre lo inquisitivo-conceptual de qué estamos tratando, así con un qué interrogativo, una dosis razonable de propedéutica a la disciplina hace al caso y no sólo como utillaje metodológico sino dialógico. Para haber diálogo tiene que haber una actitud de escucha recíproca en la relación docente- discente. Así desde los diálogos platónicos con la mayéutica socràtica como protagonista hasta nuestros días. 

En las clases de Fernando lo operacional de los datos numéricos, las fórmulas donde entran, las tablas de valores y los cálculos y destreza en el manejo de las funciones estadísticas en su mecanización, van precedidos de esquemas y advertencias de gran valor pedagógico para sortear las dificultades y errores más comunes en la materia. Pero también se dan pausas para comentar acerca del carácter aplicado al objeto de que se trata, en mi caso la Ciencia Política.

 Ahí ya más lindante en algunos casos con lo que denominamos humanidades, por ejemplo, la Historia, se vence la separación tajante entre saberes, dígase la que categorizaba antaño entre letras y ciencias. Aquí el profesor multidisciplinar consigue dotar de sentido holístico la enseñanza y sustraer de la barbarie de la especialización inconexa la tarea conjunta de la progresión en la adquisición del saber, que no sea una mera gimnasia mental o juego recreativo. 

Fernando cumple la condición de enseñante multidisciplinar y consigue orillar lo parcelario. Así cuantitativo y cualitativo se enlazan.

 En un nivel más personal diré que este tipo de enseñanza concluyó con éxito un día de septiembre en que me presenté a examen en Pontevedra y con cierta soltura, sino elegancia, conseguí hacer los números y sus lecturas, previamente ensayados en la elaboración de una PEC, en cuya gestación y elaboración conté también con la asistencia de Fernando G. Martín.

 Pienso que estos profesores que han ayudado a tantos alumnos debieran ser tenidos en cuenta por la Universidad a la hora de la evaluación. 

Finalmente diré que la médula del estudio y el aprendizaje consiste en pensar, no sólo memorizar o aprender rutinas, y pensar al modo de la representación de El Pensador de Augusto Rodin, requiere del atributo paradójico de la desnudez, pues en la tarea titánica del pensar todos estamos desnudos.

lunes, 9 de agosto de 2021

Santi Mouriño

Habíamos doblado el Cabo de las Tormentas de los setenta, yo hacía mi aparición con cierta regularidad, aunque no en mis pasos, cuando las primeras luces del alba, por la Pastora. Allí, sentado en un banco de piedra, echándose el pitillo Santi Mouriño, junto a Milord, su perro de los que llamábamos de raza loba, dándole entre compañía y protección, supongo. 

Alcanzado ese punto justo detenía mi vacilante paso y hasta contoneante andar que hasta hacía poco había sido enérgico, resuelto, como aún acostumbro. Llegando a Santi Mouriño, cercano a casa, me relajaba con su conversación, con sus palabras. Era Santi Mouriño de hondas preocupaciones, no hablaba de lo cotidiano, salvo cuando eran actualidades políticas del momento, siempre desde la lente de la izquierda que compartíamos cuando menos desde el bachillerato. Tras noches desalmadas llegar a sus preguntas e inquietudes, de esas llamadas por algunos ontológico-existenciales, por otros filosóficas o también metafísicas, me aportaba más reflexión que espanto. 

Desde luego, Santi no era un tipo vulgar, consigo llevaba la música y el gusto por las lecturas de historia. Hoy nos reencontramos después de mucho tiempo otra vez en la Pastora, en la de Óscar, en el Karby, en compañía de sus hermanos Emilio y Manuel, tras visita al cementerio de Freixeiro, que yo vuelvo a frecuentar y que me inspiran estas memorias de ultratumba, en las que me convierto en un ectoplasma autoconsciente.

 Vamos tejiendo y destejiendo recuerdos, algunos de lecturas compartidas, desandando caminos. Se nos cruzan Durruti en la Ciudad Universitaria con Leopoldo María Panero en Astorga o en La Bobia, en Cascorro, en Madrid. De Panero recuerdo  sus relatos en el libro de Tusquets, En lugar del hijo, variaciones sobre el filicidio. Nos acuden las letras de Eduardo Haro Ibars para el primer disco de la Orquesta Mondragón. 

Comentamos a salto de mata de su participación y colaboración en variadas formaciones musicales, principalmente como reconocido y prestigioso bajista, acordándonos de otro amigo también de la Pastora-Freixeiro, Javi Jaso, músico, saxofonista y voz, animador de diversas agrupaciones musicales. De aquellas en las que participó Santi, además de sus numerosos directos, recordamos sus grabaciones con La Marabunta, de todos modos en su trayectoria casi siempre fue un músico al que le interesó aportar ideas trabajando para el grupo, ya fuera improvisando. 

Muy cerca de nosotros, en las Traviesas, nos acordamos de las jam sesión de Travesas Big Banda y aquí cito a mis primos Alberto Rufo Pérez y  Rubén Pérez, también aquel disco Outeiro, de esto podremos hablar más adelante, en otra ocasión. Van cayendo las horas como hojas de otoño y nos despedimos en esa calle mayor de barrio, la Pastora, en Freixeiro, con tantas historias menudas por contar.

sábado, 7 de agosto de 2021

Taberna de Eligio, hablando de Teis

Quedo en días pasados, al mediodía, en la taberna de Eligio con los amigos Alfonso Martínez Jiménez, Carlos Meixide y José Davila. Entre vinos y tapas empiezan a fluír los recuerdos.

 Sombras amigas circulan por los pasadizos del tiempo y no sólo aquellas más ilustres que parecen dar poso y solera a la taberna como sitio de encuentro de artistas.

 Recordamos a Benito Morgade, en su papel de Bogart, con su gabardina, atendido solícitamente por Eligio en aquellos seráns de invierno, el piso lluvioso con puñados de serrín y una cunca de caldo de resistencia a los vientos inclementes de la ría que entraban por la Porta do Sol.

 Alfonso Martínez nos va conduciendo en la conversación por la historia del barrio de Teis donde su familia durante tres generaciones mantuvieron establecimientos de enseñanza. Primero su abuelo, José Martínez, tras él, su padre con Colegio Jardín y finalmente Alfonso junto con Sofía Alonso Domínguez, Centro de formación Guía, ésta hija de Antón Alonso Fontán, Antón de Meder, poeta, de las tierras del Condado de Salvaterra e Leirado, dado a los faladoiros junto a las vides, en temporada, homenajeando la lamprea.

 En este itinerario conversacional en el Eligio sobre Teis, Alfonso nos llevará por la historia de los astilleros en la barriada, hoy agonizantes, con los pespuntes finos apostillados por Carlos Meixide, vinculado profesionalmente por algún tiempo con la mar y el sector naval.

 Empezamos por Vulcano en el entorno de la playa de Espiñeiro, que comenzó como taller de construcción de calderas para trenes, su artífice Enrique Lorenzo, quien había trabajado como contable en Barreras, según nos comenta Alfonso. Otro astillero histórico fue Yarza, de origen vasco, después transformado en ASCON. Cardamiña en Ríos, según nos cuenta Alfonso, impulsado por un ex trabajador de Cardama en Bouzas, llamado José. También desde Ríos hasta A Riouxa carpinteros de ribeira haciendo su trabajo entre lo artesanal e industrial, oficio que fue menguando.

 Sin conciencia del tiempo transcurrido la conversación entre amigos llega a su fin. Abandonamos Eligio y nos despedimos en la Porta do Sol hasta un nuevo encuentro que no habrá de tardar.