jueves, 16 de abril de 2020

Luz de Mafasca

Voy a referirme en esta publicación a una creencia, patrimonio inmaterial, atinente al corpus de tradiciones del pueblo majorero, como es sabido pobladores de la isla de Fuerteventura, por no decir Maxorata, ya que según parece esta denominación hace mención a uno de los dos reinos, o si se prefiere menceyatos, anteriores a la conquista normanda de Jean de Bethencourt y Gadifer de la Salle. 

Pido disculpas a otros más versados que yo por los posibles errores o inexactitudes históricas que pudiera cometer, si las hubiere.

Los destinatarios de esta breve divulgación no son tanto los naturales isleños cuanto personas advenidas de varias procedencias. 

A los meses de haber arrivado a la Ínsula Tranquila, como de aquella se pregonaba, oí hablar de la luz de Mafasca como de una presencia misteriosa ligada al país de los muertos.

 Al principio, sin mayor conocimiento, pensé en algo semejante a una aparición procesional o cortejo fúnebre de difuntos, al modo de nuestra Santa Compaña, premonitoria de algún fallecimiento próximo a acaecer, donde en ocasiones el testigo de la aparición pasará a tomar el relevo en la procesión de los muertos. No era esto.

También barrunté que su ocurrencia fuera por así decir estacional, ligada al tiempo de difuntos, pero tampoco. De tercera alternativa, me dije sino sería algo como unos fuegos fatuos asociados a los lugares de enterramiento, que ascendieran visibles en las noches ante inoportunos visitantes. Tampoco resultaba ser este el caso. 

Finalmente, qué es la luz de Mafasca?. Según se cuenta por los que dicen haberla visto la luz de Mafasca se puede presentar inopinadamente acosando a quien se le aparece de forma entre juguetona y maliciosa, asustando, pero sin causar daño irreparable, es una luz con atributo de inteligencia y según parece ánima con ánimo reparador de ofensa padecida. 

Y nos detenemos en este punto para aventurar su significado histórico en la profanación de una tumba, allá por Cofete, por unos pastores, en la noche, arrancando una cruz de la sepultura con el fin de calentarse y asar una cabra o carnero con su leña. De ahí la maldición de la aparición. 

Conforme a este relato la luz de Mafasca sería una tradición relativamente nueva o no muy antigua. Quede para los más motivados o interesados la averiguación o inquerimiento de mayor enjundia.