domingo, 26 de junio de 2016

Sueño de una noche de verano

Me encontraba en compañía de unos amigos cuando apareció en un plasma la sonrisa congelada de PODEMOS, a la que el Destino correspondía con la mueca burlona de la amarga derrota.

Ni un sorpasso que llevarse a la boca, que decir de la Presidencia.

Veamos, en el cálculo de tan pésimos estrategas, que tan bien se venden de oráculos de la politología, ni un solo acierto.

Pensaban noquear al PSOE, humillarlo y no fue así, incluso ya le habían ofrecido la vicepresidencia del Gobierno de Podemos.

Se imaginaban al Partido Popular en retirada desorganizada, por el contrario incrementa sustancialmente su representación parlamentaria y se gana justo título a gobernar.

Y finalmente, la multiplicación de los panes y los peces esperada de su alianza con IU se convirtió en resta.

Estos son los que predican que serán estudiados en próximas generaciones en manuales de Ciencia-ficción  política.

Serán los que ellos escriban.

Y lo peor de todo, la piel del oso que IU se había cobrado por adelantado resulta en pérdida de la cuenta de resultados, de haberse presentado por separado. Y esto después de haber hecho amnesia de agravios.

Lo de este relato de Podemos se parece al cuento de la lechera, la megalomanía de sus pretensiones  mereciera ser psicoanalizada en el diván de la historia, de no ser comedia bufa.

Ahora, la mayor fragilidad de estos estrategas de escaramuzas es apostarlo todo a la baza de desalojar al Partido Popular, el todos contra el PP. Eso convence cada día a menos electores y convierte su anhelo en el sueño de una noche de verano y su sonrisa en el rictus de la derrota.