Estamos a las puertas de las elecciones municipales del 2019. En Vigo hay una constante que opera en un segundo plano de la escena política local y en la que se repara sólo muy incidentalmente por parte de los muy iniciados. Voy a hacer un repaso incompleto de aquellas candidaturas de la izquierda que obteniendo voto no obtuvieron representación en el consistorio.
Hay un electorado de izquierdas en Vigo que nunca se resignó a verse representado por los aparatos de los partidos hegemónicos ni tampoco a permanecer en la invisibilidad o clandestinidad. De él vamos a hablar, siquiera escuetamente, con omisiones que no desvirtuan el propósito divulgativo de esta publicación.
Este repaso será selectivo y al tiempo representativo aunque no exhaustivo.
El recorrrido empieza en la primavera de 1979, primeras elecciones locales, con una floración exuberante de candidaturas en la izquierda, un tanto eruptiva, a modo de sarampión infantil. Su explicación estaba en la emergencia a superficie de aquellos partidos sin legalizar presentados bajo el rebozo de nombres como Frente Democrático de Izquierdas, Frente por la Unidad de los Trabajadores, otras de Unidad Popular y así.
Quiero destacar entre esas opciones una agrupación de electores denominada Galicia Ceibe. Estaba integrada por gentes muy destacadas de nuestra ciudad y de larga trayectoria, en muchos casos, de compromiso opositor al régimen de Franco. Entre otros, Leónides de Carlos y Ardanaz, que la encabezaba, Pousada Covelo, Rufo Pérez, Méndez Ferrín o Castro Pereira. Era una lista mayoritariamente de izquierda independentista. No obtuvo representación.
En las siguientes elecciones municipales de 1983 y 1987 concurren las listas de Candidatura de Unidade Popular y Plataforma Veciñal de Esquerdas, respectivamente, encabezadas por Méndez Ferrín. Tampoco obtienen representación.
A partir de 1987 pierde la suya el Partido Comunista de Galicia, ya reformulado como Esquerda Unida, su último concejal fue Carlos Núñez, incorporándose a la nómina de los votos sin representación en nuestra corporación.
Durante los años ochenta y principios de los noventa Esquerda Galega, con Camilo Nogueira al frente, obtiene representación, que también perderá con posterioridad, para disolverse como partido. Su estilo político se caracterizó por una correosa oposición al sotismo, siempre preocupados por marcar distancia frente al PSOE.
Con la crisis política de comienzos de los noventa en la representación municipal, ejemplificada por el fin del sotismo, forzada la salida por veto de Esquerda Galega del que fuera alcalde durante 12 años, Manoel Soto Ferreiro del PSOE, el gobierno de la izquierda en la ciudad vive las turbulencias de una tensión de alto voltaje entre el alcalde Carlos Príncipe y el BNG. Pero hay otra tensión, en clave interna del PSOE, que aprovecha el conflicto barrial de la planta empacadora en Teis para clavar el piolet en el cráneo de Príncipe.
En todo caso, de la enconada y por momentos dramática lucha por evitar la empacadora, con todas las aristas que se quieran destacar, en la convocatoria de elecciones de 1995 aparece la candidatura Si Teis, barrios con Voz, encabezada por el veterano y curtido militante antifranquista de comienzos de los setenta Alfonso Martínez Jiménez.
Una observación destacable del apoyo a Si Teis es el hecho de que reuniera más votos, en la suma de los obtenidos, fuera de Teis, en el total, que los propios en su feudo natal. Este hecho da para una interesante indagación que sugiere que esa candidatura supo trascender la problemática de la empacadora y de un barrio concreto. La pluralidad del eslogan barrios con voz conectó y fue un acierto. Nunca una candidatura en Vigo ajena a las estructuras consolidadas del hegemonismo partidario estuvo tan cerca de traducir votos en representación.
En elecciones posteriores también acudiría a la cita Vigo na Esquerda con el activista de la memoria Xabier Moreda, alma y figura de la revista de exquisita factura Tintiman, hoy revista de culto y objeto de deseo de coleccionistas, cuya familia del antiguo Concello de Lavadores fuera severemante represaliada.
En las pasadas y por el momento últimas locales se presentó Gañemos Vigo con Lois Pérez Leira, entre otras ocupaciones, biógrafo de numerosas estampas de la diáspora gallega. Esta candidatura es la última presentada de las que hemos ido reseñando con el hilo argumental de votos sin representación institucional pero que sin duda si son representativas de aquellos que les votaron en su día.
Ahora brota como interrogante en el jardín de la duda, ¿ habrá más primaveras para el voto resiliente en Vigo?. Como vemos antecedentes tenemos dabondo y hay un bramante irrompible que parece asegurarlo o al menos parece premonitorio que suceda, aunque no de ocurrencia cierta. Veremos.