miércoles, 12 de agosto de 2020

El circo en Vigo

Esta mañana temprano, que con la del alba sería, cruzamos breve conversación ,que ahora le dicen chat, mi amiga Ara y el que en este punto se pone a las letras. 
El caso es que le envío una foto de un circo instalado en beiramar, tal vez en los años cincuenta, y me pregunta por la huída de un león, con el consiguiente revuelo, sin poder aclararle el asunto, que de haber ocurrido hubo de resultar tragicómico. 

 Lo cierto es que los circos que yo recuerdo y con los que tuve relación por vecindad, en mi infancia de los años sesenta, fueron aquellos que se montaban en las proximidades al Campo de Granada, más o menos donde se inicia la Calle Venezuela, por aquella en proyecto o en comienzo de apertura por tramos. 

Entre los circos de aquellos años el Berlín Zirkus o el Circo Ruso retienen aún hoy la atención de mi memoria. Los circos de aquel momento exhibían un colorido pabellón de banderío dando a entender o sugerir un plantel internacional de artistas y un periplo igualmente internacional en su ambulante marcha.

 Igualmente utilizaban como reclamo las fieras, leones, tigres, elefantes. Entre los domadores, por su aspecto rudo y una gesticulación grotescamente agresiva, a la par que su cabeza afeitada con coleta histriónica, Taras Bulba, cuyo nombre supongo extraído de la novela de Gógol. Dato que por aquella desconocía. 

Aparte del espectáculo en pista o función propiamente dicha se podían visitar las fieras mediante pago aparte. Además de las antes citadas, me llamaban mucho la atención los mandriles y en una ocasión un pelícano, que papaba peixe sin apenas descanso. No fui capaz de adivinar su utilidad en el espectáculo, con lo que supuse que estaría allí por un azar y lo tendrían poco menos que de mascota al atribulado pájaro, sobreviviendo de la caridad circense.

La gente menuda, nosotros, de la vecindad nos presentábamos a ver si caían unas entradas gratis a cambio de mover tablones para las gradas y carretar agua de la fuente que había en la Ronda de Don Bosco, ya desaparecida. 

Aún eran los tiempos de la trapecista canaria Pinito del Oro o los payasos Hermanos Tonetti. Pero a los circos en Vigo tras la década de los sesenta ya no les quedaría mucho fuelle.

Volviendo al león fugitivo o fugado si alguien sabe, por favor, comente para aclaración de nuestra amiga y ver si entre todos lo encontramos.