domingo, 23 de agosto de 2020

Guantanamera

Entre las músicas, la base del son cubano alumbra un frondoso ramaje de expresiones musicales de origen afrocubano, irradiando las antillas mayores y menores para después viajar por los mares atlánticos, desembarcando en los puertos en las gargantas de los marineros, en cuyos voces suenan las notas acompasadas y lentas, cadenciosas y evocadoras del movimiento del oleaje, a veces manso otras brioso, arrastrando las vocalizaciones el raspado salitre de largas millas de travesía con enjuagues de los rones traídos de Jamaica, como dice la canción del barco que naufragó de ruta hacia Nueva York, o de Dominicana o cualquier rincón de las cartografías caribes.

 De entre estas músicas y cantos, una guajira de allá por el oriente cubano, Guantanamera, ensoñorea los ambientes canoros de bebida y venta y cocinado del quiñón de los años sesenta en bares de apertura en la última madrugada. 

Así fueron acunados mis primeros desvelos infantiles. Las notas ascendiendo como volutas por el patio de luces desde el Bar Jaime. 

La Guantanamera iba escoltada por la Bella Lola, agitando el pañuelo desde la playa, o las notas altas, cada vez más altas de otra habanera, señor capitán, déjeme subir al palo más alto de su bergantín. Ya sabemos, el barco se hundió, la culpa la tuvo el señor capitán que se embarrachó. 

Y así, ebrios de canto y alcoholes terminamos y empezamos la jornada en ese abrazo que no distingue día y noche. 

Guantanamera es como el himno oficioso de la Gran Antilla, una especie de canto un tanto evangélico a la pobreza en algún verso, a la amistad y a la lealtad que la apareja. También tiene algo de celebración de una variante o especie de locus amoenus de la palma y el arroyo.

 Si antes dijimos que Guantanamera podía ser considerada embajadora musical de Cuba por su popularidad y difusión exterior, también le honra el título de que su letra sea de la autoría del patriota cubano José Martí.

Con Guantanamera le brindo el saludo al nuevo día a mi amiga AL, que me dió la oportunidad de escucharla y recordar.