miércoles, 30 de octubre de 2019

Mes de Santos

Así rezaba no santoral dos galeguistas. Santos, non Samaín nin Halloween. Por estas datas Celia, a nai de Molina, puña o seu trebello maquinista onda se topaba a droguería La Única, fronte as escaleiras que baixan á Barroca, no Paseo de Alfonso, virando a Rúa Elduayen, hoxe engalanada con faixas penduradas dos balcóns en protesto por mor dun tunel que pensa furar coma unha toupeira o bandullo desa rúa.

Pois falaba de Celia e a súa maquina de asar castañas. Antano estiver tamén ao pé da Oliveira onde principia a Rúa Pobladores.

 Para acompañar as castañas o viño tinto do Ribeiro de Concha, que traía o seu home, Jaime, en bocóis e abillaba no bar de seu na Rúa de Santiago número sete fronte ao Tres Ventanas de Balbino.

 Viño e castañas asadas daban lugar a convivios nos que a imaxinación se excitaba con contos do alén. En paralelo a estas vivencias, en tempos nos que non nos asolagaba internet, xa nalgúns fogares, eran os anos sesenta e comezos dos setenta, a canle única, agás UHF, da televisión pública ofrecía nun ritual anual a emisión de Don Juan Tenorio...almas do Purgatorio, de José Zorrilla, apoteósis do romanticismo español. 

Nas cociñas das casas prendíanse velas e mariposas navigando en aceite, neste caso non me atrevo a chamárllles volvoretas por inadecuado, que simbolizaban o espírito dos deuses lares, os nosos antergos ou devanceiros. 

Engado a visita ao camposanto, as flores coa súa mensaxe paradóxica de frescura e efémero. O remate destas datas era a obertura do escuro na compaña de grolos e fechas de tinto e licores que apuntaban saxitalmente ao corazón da diana do Misterio no portaliño do Nadal. E de antroidadas de Halloween, ren.

martes, 29 de octubre de 2019

Autonomía vs Autodeterminación

Uno de los debates políticos de mayor entidad generados en la última década del franquismo, sobre todo en la izquierda, que arrastraba antecedentes, cuando menos de los años veinte y treinta del pasado siglo, fue el reconocimiento del derecho de Autodeterminación de Galicia, Euskadi y Catalunya. 

Algunos sectores de la oposición al franquismo liderados por el PCE-PSUC querían recuperar los Estatutos plebiscitados en el período republicano. No obstante, a la izquierda del PCE ganaba posiciones el reconocimiento del derecho de Autodeterminación. Por supuesto con mayor énfasis en las izquierdas nacionales de los tres territorios antes citados.

 Con la creación de la Junta Democrática en París, en el verano de 1974, se agudizan las contadicciones en torno a esta cuestión. En el tiempo transcurrido entre este momento y la celebración del Referéndum de la Reforma Política, en Diciembre de 1976, surgen iniciativas de oposición unitaria al margen del PCE que toman por bandera la ruptura democrática que incluye en el paquete República y Autodeterminación.

 Una nueva etapa se abre tras la muerte del dictador con la celebración de las primeras legislativas del 15 de Junio de 1977 y la aprobación de la Constitución el 6 de Diciembre de 1978. En ese breve tiempo se impone la propuesta del Estado Autonómico, un fraude a las aspiraciones nacionales de GALEUZCA y un modo de diluir lo nacional en lo autonómico que mediante la dogmática de la indisoluble unidad de la nación española y la imposición blindada en el Título Perliminar de la vigente Constitución del sujeto único constituyente expresado en el pueblo español, junto al carácter agravado de la reforma de este Título, hoy nos presenta de un derecho un casus belli.

 Para sectores de opinión la Constitución, en algunos de sus artículos, es un intangible, algo así como las tablas de la ley mosaica. Sub especie aeternitatis. Parece que al momento presente el recorrido del Estado Autonómico puede estar dando sus últimos coletazos y con él, tal vez, la monarquia, según el papel que apueste a jugar.

 Nada nuevo en la historia española, si bien ahora nuevos actores se verán obligados a situarse de frente al problema catalán, abandonando la actual posición oblicua. Sino por convicción por necesidad.

sábado, 5 de octubre de 2019

Rúa Pi y Margall

Intentando completar el tríptico anticipado con las publicaciones de Callejón Estrecho y Paseo de Alfonso XII hoy le toca a la calle Pi y Margall, prolongación del Paseo de Alfonso, que finaliza en Peniche, donde confluye con Tomás Alonso y López Mora.

Pi y Margall fue presidente de la Primera República, teórico y publicista inspirado en las ideas del principio federativo de Proudhon. Pi y Margall llegó a visitar Vigo invitado por los republicanos federales en 1892 mitineando en el Tamberlick y dando un paseo por la ría viguesa, según cuenta Lalo Vázquez Gil.

En Marzo de 1905 se aprobó la petición de darle una calle en Vigo. Durante la dictadura franquista se le dió a esta calle el nombre de General Aranda, para serle restituído el primitivo tras la recuperacion de la democracia. Del tiempo oscuro quedan los nombres de una ferretería y de una inmobiliaria.

Espigando algunas marcas o estaciones de la memoria, entreverando pasado y presente, paso a relatar. Esta calle, contando desde el Paseo de Alfonso, se inicia con los restos de lo que en su día fue el Asilo, del cual por el momento permanece en pie la fachada de su iglesia. Un poco más adelante, de mano contraria, la iglesia evangélica unida, de gran arraigo en la ciudad, pienso que centenaria o casi, permaneció abierta al culto durante el franquismo.

En los números pares se encuentra el colegio de las seguidoras de santa Joaquina Vedruna, las hermanas carmelitas, de presencia también casi centenaria, con fuerte impronta en Vigo, que se mantiene como establecimiento educativo, ahora de alumnado mixto.

De mis recuerdos más intensos asociados a esta calle se encuentran las visitas a un espacio ya extinguido, la librería Almoneda, de Xosé María Álvarez Blázquez, donde encontraba numerosos libros y publicaciones en lengua gallega, tales como los editados por Edicións Monterrey y Edicións Castrelos, empresas editoriales de su propiedad. O los libros de Galaxia, por ejemplo aquellos de la colección Illa Nova, dedicados a la nova narrativa galega del momento, ejemplares aún conservados en las estanterías a principiosde los setenta, editados en los sesenta. También fue en la Almoneda de Pi y Margall donde hice mis primeras adquisiciones de ejemplares de la revista Grial. Por esos años recuerdo la presencia del poeta y novelista Darío Xohan Cabana en ese espacio de libros y galeguista.

No lejos, en la calle Falperra, se encontraba la Serigrafía Gallega, también de los Álvarez Blázquez, muy cerca de la librería Pérez Galdós. De estos dos negocios desaparecidos todavía se conservan los rótulos como fantasmas del pasado.

Finalizo dejando constancia de que este año se cumplen setenta de la apertura del negocio de alimentación de Adelina Álvarez allá por 1949, hoy Tito al frente con el que tengo el gusto de departir, el más veterano negocio junto a la confitería Ramos que se mantiene en pie en Pi y Margall, calle muy principal y de las pocas sin cuesta que hace muy agradable y reposado el paseo entre el centro y Traviesas.