lunes, 30 de marzo de 2020

Tabaquismo y virus

Entramos en lo que se supone será el ecuador del previsto confinamiento de treinta días y en el nuevo decreto de la entrada en vigor de la prórroga de otros quince días se mantiene como servicio esencial a la comunidad la apertura de los estancos.

 Y de cierto no les faltan clientes ni tampoco fumadores activos en las colas de los supermercados.

 Tratándose el corona de un virus de transmisión aeróbica cuya morbilidad incide básicamente en las vías aéreas y pulmonares presenta una paradoja o cuando menos incoherencia la preservación y prevención de la salud, máxime en estado de alarma sanitaria, con el hábito del tabaquismo no sólo de aquellos fumadores activos sino de terceros involuntarios pasivos. 

Al formularnos la pregunta del porqué implícito o subyacente a la motivación del Gobierno para mantener como servicio esencial los estancos, la respuesta más inmediata que surge y esta mañana me la recordaban los amigos Miguel Lareo y Braulio Gómez son los pingües ingresos fiscales de la venta del tabaco. 

El Estado te sana, el Estado te mata. 

Pero poca duda cabe de que hay otra respuesta en torno al amplio consenso que suscita la medida que comentamos. 

El tabaquismo puede resultar una salida terapéutica a la angustia y la amplísima dimensión social cuantitativa de su clentela también cuenta y encuentra comprensión o tolerancia entre los no fumadores.

 Por tanto en la actual situación dominada por el miedo que libera angustia, el tabaco no libera del miedo ni del encierro pero si puede coadyuvar a liberar en las volutas del humo la actitud aprensiva ante el morbo invisible o el virus y su miasmático cortejo. 

A la salud por la enfermedad. Contradicción de contradicciones.

sábado, 28 de marzo de 2020

Palmyra Ros

Foto de presentación del libro sobre Palmyra Ross y la revista Alborada.

En días pasados, con anterioridad a la declaración del estado de alerta que aún padecemos, asistí en la Casa del Libro a la presentación de "Palmyra Ros y la revista Alborada". 

Un texto que recorre unos hechos acaecidos en la ciudad de Vigo en los años sesenta y que tienen por protagonista principal a Palmyra Ros y como escenario destacado la Alianza Francesa de aquellos años. 

Palmyra era hija de exiliados republicanos españoles, de padre catalán y madre cántabra, militante del Partido Comunista Español y de sus juventudes en Francia. 

A partir de 1956 el PCE había diseñado una política que pasaba por dos ejes, la llamada Reconciliación Nacional y el Pacto para la Libertad. En sintonía con estas nuevas premisas políticas Carrillo impulsa la repatriación, en lo posible, de militantes dispuestos a ingresar en el interior y desarrollar los nuevos espacios y frentes de lucha. 

En esa línea surje la revista Alborada, como publicación dirigida específicamente a la mujer y realizada por mujeres. En el caso que nos ocupa esta revista será más un proyecto que algo maduro, pues sólo alcanza dos números, el segundo sin práctica distribución por la labor represiva de la Brigada Político Social. 

Los contenidos feministas de Alborada hoy serían puestos en cuestión por sectores del feminisno militante actual. Pero hay que ponerse en el contexto del momento y algunos de los artículos publicados en Alborada recogían lo más avanzado o vanguardista circulando en el momento. 

El solo intento ya era un atrevimiento que habían de pagar. La aventura acabó en un sumario ante el TOP, Tribunal de Orden Público, por propaganda ilegal junto a otros camaradas, incluyendo más material que los ejemplares de Alborada, entre otros Mundo Obrero, órgano del CC del PCE. 

En libertad provisional Palmyra regresa a Francia, siendo juzgada en rebeldía, por indicación de su Partido, tras gestiones a su favor, según parece, del Consulado Francés en Vigo y de la Alianza Francesa en nuestra ciudad. En los años que residió en Vigo merece la pena reseñar la relación que mantuvo con la familia Beiras-Cal, más destacadamente con el reconocido oftalmólogo Antón Beiras, especializado en el tratamiento del estrabismo, tanto en el plano político como de amistad personal y familiar que llegarían a desarrollar. 

Hasta aquí la sucinta reseña de los hechos recogidos en este libro, siendo más que recomendable, obligatoria su lectura para quien requiera la precisión de las fechas y el conocimiento directo de lo narrado por sus protagonistas o testigos del momento. 

El libro es una iniciativa de la profesora María Lopo y del equipo de la Fundación 10 de Marzo. El acto de presentación contó con la colaboración de la Casa del Libro.

jueves, 26 de marzo de 2020

El retorno de Fumanchú

Dentro del imaginario popular de nuestra infancia tenían cabida expresiones como tortura china o eres peor que una tortura o suplicio chino como algo cruel y refinado; también para algo costoso o que requeria de mucha paciencia se decía que era un trabajo de chinos;  asimismo para alguien muy sabido, astuto o de gran conocimiento que no estaba al alcance de cualquiera resultaba que sabía chino, claro está, por la gran dificultad que se le supone al aprendizaje de la lengua china.

 Otro rasgo atribuído al carácter chino era la venganza terrible, despiadada y sin proporción a un mal infligido. El final de las películas de barrio en que Fumanchú amenazaba con regresar en la siguiente entrega resultaba de todo menos tranquilizadora. Claro está que esto nos lo tomábamos con cierta dosis de humor.

 Lo anterior viene al caso por la difusión de dos viñetas en una red social muy renombrada en el que se liga el trato desconsiderado a una oriental por el sacerdote supremo de una confesión religiosa a la que por bautismo pertenezco con una venganza que se anuncia como terrible, de ahí el origen del mal que cuentan que nos azota en estas semanas. 

De pura evidencia esto es humor y a nadie en su sano juicio pudiera ocurrírsele otra cosa ni supone menoscabo para el pope innombrado ofensor. 

El humor nunca es sacrílego o lo es siempre, el humor, no el chiste de bar, es un antídoto frente a la angustia, el miedo y la muerte. Así decimos, reir por no llorar o reírse de la propia sombra de uno. También se habla de humor negro o humor escatológico. El humor atenta contra la certeza, es un disolvente, a mi mismo me tienen dicho que tengo un humor ácido o que en ocasiones me pongo en ridículo burlándome de hasta mi propia sombra. 

En tiempos pandémicos el humor y el erotismo deben ser entronizados frente al alarmismo y el histerismo, si puede ser acompañándonos de la lectura también pandémica del Decamerón. 

Este breve artículo se lo dedico a mi buen amigo de fatigas Gonzalo Alvarez-Lago García-Teixeiro, hoy por el Jable de las tierras majoreras que antaño pisara el escribiente.

martes, 24 de marzo de 2020

El día después

Hasta ahora permanecemos en confinamiento que cuando menos va a ser de 30 días. Todo a una carta. Confinamiento si o si. Lo demás caerá del cielo por añadidura. 

Los centros de atención primaria cerrados, no saturados. Cada uno más o menos a su suerte. La información sustituída por la propaganda. La crítica por la obediencia. 

El quédate en casa no es un argumento, es una orden. 

Modos asiáticos de proceder, algunos pensaran que sino podemos competir con el dumping social de China si podemos emularlos por el lado despótico, pero sin el lado eficiente que los chinos parecen mostrar a la hora de construir macrohospitales en tiempo expréss de unos pocos días y semanas. 

En esta crisis estamos viendo la irrelevancia de la UE ya no como actor global sino como agente doméstico. De ahí para abajo la nadería, con aliño de impostura y autoinfatuación. 

El tiempo transcurre inexorable, ralentizado, haciendo su parsimonioso y silencioso trabajo al margen de unas decisiones y capacidad reactiva ágil ausentes. 

¿Tenemos gobierno o tenemos mandamases demediados?. Gobernar es anticipar, prevenir, no sólo mandar y esperar que el tiempo nos cure o nos mate o ambas cosas, pues la vida camina de la mano de la muerte. 

Anticipando, gobernando. ¿Y el día después?.

jueves, 19 de marzo de 2020

El corona, la TIA y el doctor Bacterio.

Con permiso del gran historietista Ibáñez vayamos tejiendo una fábula. Imaginemos que el doctor Bacterio al servicio de la TIA, agencia de inteligencia transmutada, propia de la Guerra Fría, hubiera ella misma igualmente transmutado en esta posguerra fría y resolviera combatir el cambio climático, basado en la nueva fe negativa; a la par que por tortuoso procedimiento combatir los virus, creando transitoriamente el Planeta Virus. 

Para ello, en la fábula, Bacterio y sus compinches habrían acudido al subarriendo de la agente Anarcoma, criatura travesti del también inefable historietista Nazario.

 Inspirados por el pensamiento expresado en dos aforismos atribuídos respectivamente a Teresa de Jesús y al aguerrido Ignacio de Loyola. En el primer caso dice, Dios escribe derecho con renglones torcidos. En el segundo, el fin justifica los medios. 

Por esa senda transitan Bacterio y Anarcoma diseñando y esparciendo el virus letal y global con el fin de salvar el Planeta, intentando dar la batalla final. 

En efecto, mediante una profilaxis antivírica totalitaria, consistente en un estado de sitio universal, consiguen paralizar la mayor parte del transporte aéreo, marítimo y terrestre, también la industria y los servicios, inmovilizando a la población mediante medidas penales de arresto domiciliario preventivo sine die. 

En efecto, a las pocas semanas la siembra del virus habría devenido terapia de salvación para el enfermo verdadero, el Planeta. Los mares y ríos empezaban a respirar aire menos contaminado, los cielos aparecían despejados y más limpios,fauna y flora iban mejorando su fatiga acumulada, el virus había resultado terapia benefactora y poco a poco se iba eliminando como se elimina un fármaco por el paciente en su convalecencia. 

En esta brevísima fábula quiero recordar irónicamente la lectura de Percy en Oceanía con dos citas que le acompañaban de alto voltaje político; la una de San Agustín que dice, en toda ciudad sitiada cualquier disidencia es traición. Y la última, de José Stalin, en el día de su onomástica, que dice, más vale equivocarse con el Partido que tener la razón fuera del Partido. 

Y este artículo si honra el nombre del Blog, por egregiamente distópico.

miércoles, 11 de marzo de 2020

Virus y Política

En el momento que me pongo a escribir esto leo que se baraja la posibilidad de suspender las elecciones vascas y gallegas por el coronavirus que de tanto nombrarlo y anunciarlo ya se nos ha vuelto familiar, uno más de la casa, compañero de trabajo para el que lo tiene o de estudios.

 También leyendo titulares de prensa o prestando oído y ojos a los informativos y tertulias se le responsabiliza del retroceso en los mercados bursátiles, de la retracción del turismo inminente, de los movimientos de población en general y hasta de una recesión económica mundial en ciernes que ya se anunciaba.

 La coartada perfecta para demasiadas cosas. 

Como todo virus que se precie, éste muta y tiene una onda de propagación que se le supone elevada con apunte y repunte a pandemia, dicen.

 Me pregunto como puede ser que algo tan inestable y difuso pueda ser algo. La naturaleza o ente, si se prefiere entidad, de los virus siempre ha estado en discusión, hasta donde sé no se les tiene por seres vivos, no lo son. Más bien resultan una sofisticación de la especulación médica y farmacéutica, resistentes no tanto a su tratamiento cuanto a su conceptualización. 

Decir que no existen, si existen, claro, tienen nombre, prestigio y literatura médica. Pero no deja de ser curioso que cuando surje el VIH, el campo de investigación primario se dé en los Institutos Oncológicos, rivalizando entre sí. El carácter inespecífico del virus que se va creando y mutando, para el que se acuña el término taxonómico retrovirus se correlaciona con una sintomatología diversa de previo conocimiento y pasa a denominarse CRS, Complejo Relacional Sida. 

Para que todo esto pueda dotarse de coherencia, el ataque del virus habría de tener por diana el sistema inmunitario y su alteración y desarticulación en un marco conceptual complejo generado a partir del modelo explicativo.

 En cualquier caso, los virus ya sean de la gripe, del VIH o este corona tienen en común,  entre otras, un fuerte impacto social en las pautas de comportamiento de las multitudes, gozando de una fenomenología alarmista en el que la masa se muestra inerme a expensas de los dictados de la autoridad con la investidura del oráculo de la ciencia médica. 

Algo muy concreto a continuación. Se invoca en prevención de riesgo, con qué criterio validable se define, de pandemia decretar el estado de alarma por el gobierno. Adónde nos puede llevar esta lógica del terror?. 

Thomas Hobbes en el Leviathán decía que antes del Estado el hombre vivía una vida pobre, corta e insegura. De ahí la ventaja, según él, de haber cedido la soberanía del individuo al Estado. El precio la sumisión. La idea explícita o subyacente es que el Estado necesita de la muerte y su terror para justificarse y mantenerse. 

Finalizo con dos interrogantes de ingenua malicia, de entonación más prosaica. Por qué no suspenden la liga de fútbol de primera?. No hay convocatorias más multitudinarias y de apretado gentío. O acaso el virus es tan inteligente que sabe comportarse de manera inocua, según los casos, al dictado del que manda?. Ahí lo dejo.