miércoles, 22 de abril de 2020

Monasterio benedictino de Samos

Allá mediados los años ochenta me retiré por un breve tiempo al monasterio de Samos, del cual me hablara mi amigo Xiao Roel, que al tiempo me lo recomendara por la estancia que allí tuviera Pancho Valle Inclán, parece ser que con ocasión de preparar unas oposiciones a bibliotecario.

 En mi caso se trataba de conocer desde el interior del silencio cenobítico que podría ser eso de la vida del retiro monástico aunque no con intención de profesar. Así me puse en contacto con Pedro de la Portilla, según creo recordar, hospedero del monasterio de San Julián de Samos por aquel tiempo. . 

Llegué procedente de Vigo, parada en Sarria, con una fuerte nevada y encontrándome una misa de cabodano, por lo que tuve que esperar a ser recibido en la hospedería. Me llamó la atención, profano en materia arquitectónica, la doble escalinata de acceso a la Iglesia que me pareció la aproximación a una réplica de la que viera en Santiago de Compostela en la Plaza del Obradoiro para ingresar en la Catedral.

 Tuvo para mí algo de premonitorio aquella asociación de ideas o impresiones.

 De esa primera visita recuerdo al prior, en funciones abaciales, padre Agustín, magnífica voz en el canto gregoriano y al hermano Julián, de enorme e imponente estatura, responsable de la destilería en la que se elaboraba el espirituoso licor Pax, del que tuve ocasión de probar unos tragos.

 También los monjes disponían en el exterior de un surtidor de gasolina que les permitía algunos ingresos. 

Ya en el interior, los dos claustros, el gótico o llamado de las Nereidas o el neoclásico de Feijóo, mucho más grande, presidido por una gran escultura de la autoría de Asorey representando al propio Feijóo. De ahí el nombre claustral. 

También de Asorey un busto en una escalinata, ya interior, del tudense Padre Salvado, monje bendictino por tierras australianas, según se dice, introductor del eucalipto en tierras gallegas. 

Ya en la hospedería pinturas murales alegóricas algunas a la bienaventuranza celestial o escenas de San Benito y Santa Escolástica. Asimismo las celdas que habían sido ocupadas por Ramón Cabanillas y Feijóo rotuladas con sus nombres. De Cabanillas había leído años antes el poemario en lengua gallega Samos, de los primeros libros sino el primero de los editados por Galaxia. 

Pasando al refectorio, la refección en silencio ordenado por el tintineo de la campanita del prior, un púlpito desde donde se hacían lecturas sobre tiempos medievales de cruzada, salmos o glosas a la vida de San Bernardo de Claraval o la propia regla benedictina o las andanzas de Benito de Nursia en Montecasino. Este refectorio estaba presidido por oración que decía: Nostra conversatio in coelis est. Y así permanecíamos silentes. 

Pero tal vez lo más singular para mí fuera que en este cenobio de Samos se produjo mi primer contacto con el mundo jacobeo, ahí conocí los primeros peregrinos que venían por el camino franco tan cerca Samos de Triacastela y Pedrafita do Cebreiro, donde según la leyenda tuvo lugar el milagro del Santo Grial, cuyo cáliz preside hoy como heráldica la bandera gallega. 

Ultreia et suseia... 

sábado, 18 de abril de 2020

Primavera de libros

Nos encontramos en el ecuador del mes de abril, doblando el paso de los días que lo componen. A este mes se le asignó la celebración del libro y se le puso por fecha señalada la festividad de San Jorge, el día veintitrés. No porque se honre al santo enemigo del Dragón sino por acumular en él los aniversarios del fallecimiento de W. Shakespeare y M. Cervantes, según parece, aunque esto no es lo importante. 

Claro parece que el libro está ligado a la escritura pero ésta es anterior al libro, así la aparición de signos que pudieran tener valor de representación fonética o bien semántica o bien ideográfica, ya fueran pictogramas o alfabetos es muy antigua, de miles de años, realizada en piedra, hueso, madera o cualesquiera otra materia. 

Pero no es sino desde el rollo de papiro hasta la impresión del Misal de Constanza por Guthemberg en el siglo XV que aquella primitiva escritura va haciéndose libro. A partir de la irrupción de la Galaxia Guthemberg hasta nuestros días el libro y la lectura no han dejado de crecer casi exponencialmente, multiplicándose títulos y tiradas de ejemplares, de tal modo que con las masas alfabetizadas no hay hogar donde no se encuentre algún libro, sin entrar en distingos. 

Claro está que me refiero al contexto cultural de nuestro entorno, preferentemente europeo. Siendo cierto que hoy se lee más que hace cuarenta o cincuenta años paso a hacer brevísimo recuerdo de mi iniciación a la lectura. 

Entre mis lecturas infantiles y juveniles de los años sesenta, hasta el setenta más o menos, destaco los títulos de Mis cuentos de Hadas, versiones primorosamente ilustradas de los Grimm, Andersen o Perrault, comprados en las librerías Pax, en Elduayen, por entonces calle Calvo Sotelo y Librería Galdós en Falperra, ambas desaparecidas. También los libros, heredados de mi madre, de Richmal Crompton, Las aventuras de Gullermo el travieso, o los del Club de los 5, de Enid Blyton o Viaje al centro de la tierra y otros de Julio Verne, Salgari, Jack London . O la literatura detetivesca de Conan Doyle, de la mano de Holmes y Watson y la gótica y terrorífica de Mary Shelley y Bram Stoker, por supuesto. 

Posteriormente, ya iniciando los setenta, las visitas a la Almoneda de Xosé María Álvarez Blázquez, en Pi y Margall, por aquella General Aranda, allí lecturas en lengua gallega, títulos publicados en Edicións Monterrey y Editorial Castrelos, de su propiedad, también compra de la Revista Grial y sus suplementos.

 En Librouro, de la mano de Antón Patiño, Antoloxía Popular de Heriberto Bens, editada por el Padroado da Cultura Galega de Montevideo, con capa de Luis Seoane o el Sempre en Galiza de Castelao en edición As Burgas, de Buenos Aires, en papel biblia, a biblia pequena da galeguidade. 

En la librería A Esmorga, en la calle Gamboa, de Pepe Ulloa, el teatro de Sartre o de Brecht, editorial Losada, de Buenos Aires. También ambas desaparecidas. La editorial y la librería. 

Finalmente, la librería Curros Enríquez, en Canovas del Castillo, igualmente finada, recuerdo a la venta las obras que supongo completas de Manuel Azaña. No estaba a ml alcance adquirirlas, de esto me quedó una cierta amargura hace años superada. Al igual que en A Esmorga títulos publicados en el exilio americano por Fondo de Cultura Económica y otros.

 De todas las librerías citadas permanece activa sólo Librouro, que por su esfuerzo y longevidad merece un reconocimiento y homenaje aunque el mejor sea seguir visitándola. Comprar libros y mejor aún leerlos. Feliz abril de lecturas y así todo el año.

jueves, 16 de abril de 2020

Luz de Mafasca

Voy a referirme en esta publicación a una creencia, patrimonio inmaterial, atinente al corpus de tradiciones del pueblo majorero, como es sabido pobladores de la isla de Fuerteventura, por no decir Maxorata, ya que según parece esta denominación hace mención a uno de los dos reinos, o si se prefiere menceyatos, anteriores a la conquista normanda de Jean de Bethencourt y Gadifer de la Salle. 

Pido disculpas a otros más versados que yo por los posibles errores o inexactitudes históricas que pudiera cometer, si las hubiere.

Los destinatarios de esta breve divulgación no son tanto los naturales isleños cuanto personas advenidas de varias procedencias. 

A los meses de haber arrivado a la Ínsula Tranquila, como de aquella se pregonaba, oí hablar de la luz de Mafasca como de una presencia misteriosa ligada al país de los muertos.

 Al principio, sin mayor conocimiento, pensé en algo semejante a una aparición procesional o cortejo fúnebre de difuntos, al modo de nuestra Santa Compaña, premonitoria de algún fallecimiento próximo a acaecer, donde en ocasiones el testigo de la aparición pasará a tomar el relevo en la procesión de los muertos. No era esto.

También barrunté que su ocurrencia fuera por así decir estacional, ligada al tiempo de difuntos, pero tampoco. De tercera alternativa, me dije sino sería algo como unos fuegos fatuos asociados a los lugares de enterramiento, que ascendieran visibles en las noches ante inoportunos visitantes. Tampoco resultaba ser este el caso. 

Finalmente, qué es la luz de Mafasca?. Según se cuenta por los que dicen haberla visto la luz de Mafasca se puede presentar inopinadamente acosando a quien se le aparece de forma entre juguetona y maliciosa, asustando, pero sin causar daño irreparable, es una luz con atributo de inteligencia y según parece ánima con ánimo reparador de ofensa padecida. 

Y nos detenemos en este punto para aventurar su significado histórico en la profanación de una tumba, allá por Cofete, por unos pastores, en la noche, arrancando una cruz de la sepultura con el fin de calentarse y asar una cabra o carnero con su leña. De ahí la maldición de la aparición. 

Conforme a este relato la luz de Mafasca sería una tradición relativamente nueva o no muy antigua. Quede para los más motivados o interesados la averiguación o inquerimiento de mayor enjundia.

domingo, 5 de abril de 2020

Abril, día 5. Elecciones Gallegas, nonnatas.

Hoy debieramos estar votando gallegos y vascos, a esta hora habríamos tenido ya los primeros avances con datos de participación y especulaciones sobre la combinación de esos datos, su proyección al final de la jornada e intención de voto, añadiendo comparativas con los números de anteriores convocatorias.

 Nadie podría suponer el escenario de este día con la convocatoria fallida de elecciones. 

Repasemos un poco lo que parecía que se avecinaba con los resultados de la jornada electoral que no ocurrió. Primeramente destacaba algo así como un juego de mayorías semejante al canto de una moneda, inestable, de tal modo que la alternancia se encontraba en ese punto de equilibrio inestable al que un puñado de miles de votos podia hacer caer de las caras o cruces. Esto por decirlo gráficamente. En pocas palabras no se adivinaban mayorías claras.

 Lo poco que aparecía rotundo, contundente, era un sustancioso avance del nacionalismo gallego, el BNG, y una buena puntuación de su lideresa Ana Pontón. También se contabilizaba un ascenso importante del PSOE, aunque de contornos más imprecisos a efectos de obtener la presidencia de la Xunta. Un terreno más resbaladizo presentaba el rupturismo inarmónico, que en lo único que cumplió su promesa de ruptura fue en romper ellos mismos en mil pedazos.

 La manifestación más temprana y con visos de dramatismo personal fue el abandono de  Luis Villares, líder de En Marea, al anuncio de convocatoria de elecciones autonómicas y consiguientemente la desaparición de la sigla En Marea de las elecciones que habrían de celebrarse hoy. Supervivientes de lo que fuera esta coalición queda la conjunción de partidos estatales IU-PODEMOS, ahora gobernando junto al PSOE en el gobierno de España en condiciones de excepción, en el supuesto del estado de alarma del art. 116 de la C.E. 

De la otra banda a Feijóo se le auguraba un retroceso, aquí el interrogante se colocaba en si suficiente para la pérdida de la mayoría, que habría de arrostrar solo el PP, por no estar prevista la entrada de nuevos actores políticos por la derecha en el parlamento gallego.

 Estas incógnitas se habrían despejado hoy conforme al guión de la decaída convocatoria citada más arriba. Aunque sin fecha actualmente la nueva cita electoral probablemente sea a la finalización de la legislatura, en otoño o sus vísperas.

¿ Qué efecto o consecuencias podrá tener el estado de alarma en los resultados de otoño?. Probablente las tendencias centralizadoras y el discurso de los derechos sociales lo domine todo, dejémoslo ahí por el momento.

Tendremos ocasión de volver sobre el asunto.