En verdad, no me anima mucho el comentar las andanzas y desventuras de cualesquiera grupo político y menos aún de esos de marca franquiciada o sucursal o agencia. Pero es el caso que contraviniendo esa prevención me pongo a la tarea. En los últimos tiempos un Team de los denominados frankenstein, o en expresión genuinamente gallega farrapeira, dígase En Marea o cosa así, no para de dar bandazos de babor a estribor y de proa a popa, como dice la cantiga popular. Éstos de la Santa Cofradía Marinera del Desamparo se las prometían muy felices con el cuento de la lechera del sorpasso, del asesinato del BNG y desahucio del PP. Pero no fue y Feijóo permaneció inquilino de Monte Pío. La mar se tornó picada y el aparejo y la pesca a subasta. Para finalizar, los ex de casi todo pusieron en almoneda el escaso patrimonio restante y otros pretendieron suceder ab intestato. En trance de oposición no suma lo heterogéneo y la concupiscencia del poder de nada vale cuando no se alcanza. En Marea implosiona, reproduciendo las guerrillas intestinas inveteradas de tantas travesías sabidas o aprendidas en otras singladuras. Desde luego, no cualquier tiempo pasado fue mejor ni el presente cura del pasado.