Tiempos en los que en la isla vecina de Fuerteventura funcionó el tridente constituído por Nancy Mateo de la Casa Argentina, el propio Nestor dinamizando el colectivo colombiano y quien esto escribe, haciendo siembra en el surco de la multicularidad.
Eran años en los que comenzaba el presente siglo y milenio transcurriendo el desarrollo de estas actividades durante la práctica totalidad de la primera década de esta centuria.
Arreciaba la llegada de pateras y cayucos a los extensos arenales de la isla, sobre todo en las playas de Pájara y Tuineje. Allí se conjugaba la más cruel de las paradojas, los turistas de los mercados emisores más ricos de Europa y los desdichados del torturado y empobrecido continente africano. Habitualmente Cruz Roja se encontraba a pie de playa para socorrer a estos desventurados cuando no llegaban muertos.
Así podemos discernir dos migraciones grosso modo, la regular o con papeles y la sin papeles. Por aquellos años se instala el dispositivo FRONTEX para vigilancia y control de las fronteras exteriores frente a terceros países, entiéndase en nuestro caso los africanos. Asimismo, se establece un centro de internamiento en el Matorral.
Pero aquellos hermanos africanos no sólo huían de las hambrunas o sequías sino también de las guerras y de la persecución política que se daban en la fachada atlántica africana frente a las costas canarias o más al sur, cito Costa de Marfil o Sierra Leona. En estos casos, se debía tener en cuenta la consideración agravada de refugiado politico sobre la de inmigrante. Para intentar subvenir estas situaciones se estableció CEAR ( Comisión Española de Ayuda al Refugiado) en Fuerteventura.
La condición de encrucijada tricontinental (Europa, Africa, América) del archipiélago canario lo convierte en punta de lanza de la acogida y solidaridad de numerosos movimientos migratorios, que pueden llegar a expresarse en colectivos organizados plasmados en asociaciones y federaciones, de contenido social a la par que identitario, mediante lengua, vestido, artesanía, música y gastronomía, que también puede servir para la captación de recursos para la solidaridad efectiva de la diáspora con sus países de origen.
Un escalón o peldaño importante recordamos tendrá lugar en la villa de Teguise el próximo sábado de la mano de la Asociación Tempoko. Esta vez le toca a Burkina Fasso. Desde Galicia nuestra simpatía y apoyo, cuando menos haremos escuchar nuestra voz y animamos a los gallegos residentes en Lanzarote a sumarse a esta loable iniciativa.