jueves, 14 de enero de 2021

Marisa Pires

Allá por el 2005, Puerto Cabras o Puerto del Rosario, isla de Fuerteventura, frente al polideportivo Oasis, cercana la Plaza de los Demócratas, desterrados y confinados políticos del llamado contubernio de Múnich en los sesenta. 

Me asomo al Boca a Boca, lugar de tapas y bebidas, entro, el local en un lateral una foto panorámica enmarcada de Vigo. Ahí, en ese justo momento, me encuentro por primera vez con Marisa Pires, destaca su belleza y jovialidad, su entusiasmo por la vida. 

Más adelante, las cosas se irían cociendo al ritmo sosegado de la isla tranquila, aunque sin pausa. Sería una eficaz colaboradora en las actividades de la Asociación Cultural Alexandre Bóveda Fuerteventura. 

No olvido el momento en que portó el estandarte de la Asociación en Vega del Río Palma, concello de Betancuria, a la entrada de la capilla donde se honra a la patrona de la isla, la Virgen de la Peña. 

También en esa ocasión, Joaquín Gayoso, elaborando el pulpo á feira con esmero y simpatía. 

Otra gran aportación de Marisa Pires fue su asistencia al programa de radio Triskel, que este cronista dirigía y presentaba. Su voz poderosa y bien entonada de mezzosoprano de igual manera recitaba muy bien dramatizada a nuestra poetisa epónima Rosalía de Castro, que ponía en canto con dotes de improvisación lo que se terciara al caso. 

Tras años de fatigas y alegrías isleñas nos reencontramos en tierra viguesa y gallega para dar continuidad a nuestras vidas y añoranzas de la Maxorata. Inolvidable también por aquellas tierras abrasadas de anhelos su hija Carolina, complemento filial de Marisa. 

El tiempo que todo lo distancia, también todo lo aproxima en los meandros de la memoria.