En principio y por paradójico que hoy resulte las monarquías fueron electivas, de extracción nobiliaria, resultando el monarca un primus inter pares. Por tanto, la institución no se confundía con la família o el nombre que la representaba aunque el cargo fuera vitalicio. Había que renovar la elección a cada ocasión mortis causa. El resto de nobles o feudos contraían un pacto, foedus, de ahí andando el tiempo por derivación el término federal.
Por tanto la monarquía pudo ser electiva y federativa.
En el transcurrir de la historia devino absoluta y por supuesto hereditaria. Para intentar preservarse se cruzaron las distintas casas reales a suceder cuando la corona quedaba vacante en algún reino o bien se lo disputaban por las armas.
Este fue el caso de la entronización de los Borbones en la corona de España disputada con los Austrias en la Guerra de Sucesión allá por el 1.700.
La Monarquía transitó de absoluta a constitucional y actualmente se define como parlamentaria. En el caso español la legitimidad dinástica borbónica hubo de dirimirse por las armas en las guerras carlistas.
También hubo de conocer interrupciones con las guerras napoleónicas tras las abdicaciones de Bayona. Así mismo por breve tiempo la Casa de Saboya con Amadeo I y la efímera Primera República interrumpieron su existencia. En el pasado siglo veinte la Segunda República mandaría al exilio a Alfonso XIII.
Tras la guerra civil el General Franco en ejercicio de sus prerrrogativas como Jefe del Estado designaría a un Borbón su sucesor a título de Rey.
El actual Felipe VI encarna el segundo reinado del actual período constitucional tras la dictadura franquista. Con este viciado origen de legitimidad carga la instauración o restauración, según quien lo diga, borbónica.
En Italia, por ejemplo, tras la caída del fascismo, se sometió a referéndum la misma cuestión, optando la mayoría por la jefatura republicana al frente del Estado.
Pues bien, ¿ habrá oportunidad de igual pronunciamiento para una consulta semejante?. En el momento presente es Felipe VI el último Borbón. ¿ Lo será para la Historia ?.
Las venideras elecciones municipales y otras futuras bien pudieran ser la lanzadera de un proceso constituyente en esa dirección.