domingo, 9 de agosto de 2020

Lusofonía y Macaronesia

De los años residiendo en Fuerteventura, allá de mi llegada van más de veinte años, encuentro que pervive como descubrimiento en mí el concepto inicialmente geográfico, que hasta con alguna superposición podría mutar a geopolitico, de la Macaronesia. 

En sí de este concepto me atrae el hecho que sea un espacio múltiple de aguas y tierras archipelágicas situadas geográficamente en mares atlánticos no sé si correctamente conceptualizados más precisamente mesoatlánticos y políticamente pertenecientes a tres Estados: Portugal, España y Cabo Verde, los dos primeros de estos Estados pertenecientes a la Unión Europea, y a dos continentes, Europa y África. 

La región Macaronésica, a efectos de esta publicación, no se considerará en su total compresión y extensión sino en cuatro de sus conjuntos, vinculados a la lusofonía. En tres de los casos de forma plena o íntegra, Cabo Verde, Madeira y Açores, estos dos últimos de soberanía portuguesa y el primero en tiempos perteneciente al mundo colonial lusitano, liberado por Amilcar Cabral, en 1975.

 El cuarto caso merece una consideración distintiva, se trata de las Islas Canarias. Lo que se acostumbra a denominar español de canarias muestra su indosincrasia en la presencia de una lexicografía rica, de aportes de variada procedencia, consecuencia de sus constituyentes históricos y de su carácter de encrucijada tricontinental. 

Entre estos aportes: americanismos, andalucismos, guanchismos y lusismos. 

Algunos de estos préstamos, ya naturalizados en la lengua, fruto del retorno de un pueblo, en su tiempo emigrante a tierras americanas, principalmente Cuba y Venezuela. Otros por poblamientos superpuestos a modo tal vez de palimsesto sobre el lecho amazhigh, los llamados guanchismos, acreditados de modo notable, incluso inmutable, de forma abundante en la onomástica topinímica pero también en numerosos vocablos del actual decir cotidiano de manera eximia en los que designan utensilios tradicionales, alimento o variedades de ganado caprino en Fuerteventura pero también ideas abstractas, numerales, estaciones solares, hasta exclamaciones, entre otros. 

En lo que atañe a los lusismos, un caso particularmente señalado se da en la Isla de La Palma, juntamente con los americanismos. La razón de la presencia de lusismos apenas precisa justificación por la relativa cercanía, a occidente y oriente, de territorios ya nombrados como Madeira, Açores y Cabo Verde. Corrientes migratorias y comerciales debieron registrarse desde unos siglos atrás. 

Para nosotros los gallegos el encontrarnos con estos vocablos en tierras canarias fue como un reencuentro que nos entrañó más todavía con sus gentes y cultura. Vaya esto como brindis a los que dicen que el gallego fuera de Galicia no vale para nada! 

Así palabras, como millo, tolete, mágoa y muchas otras fácilmente las reconocemos como propias. Mágoa le puse por nombre a una sección del programa de radio Ultreia en aquellas tierras, donde se hacía divulgación de estas cuestiones lexicográficas a la par que se trenzaban relaciones comunitarias con estas cuestiones de lingüística viva. 

Quedan numerosas preguntas abiertas. Volveremos a insistir o más bien queden como sugerencias para ulteriores averiguaciones de los Interesados estás breves pistas que se ofrecen al lector.