domingo, 27 de marzo de 2022

Reconquista 2022 Vigo: transporte público

Cada 28 de marzo la ciudad de Vigo tiene señalada su festividad cívica en torno a un hecho de armas, en el contexto europeo de la denominada por algunos guerra de la independencia, que enfrentó al ocupante francés con los pueblos de España y sus aliados portugueses e ingleses. 

La recuperación de la plaza de Vigo se conoce como Reconquista y su celebración anual es ocasión honorífica para reconocimiento de personas e instituciones. Yo voy a dar aquí un giro a la semántica e intención de esa práctica y convertir la idea de reconquista en la obtención reivindicativa de un propósito de mejor prestación de un servicio público, el transporte urbano. 

En los últimos tiempos la concesionaria VITRASA viene poniendo a la corporación viguesa en el trance de tener que negociar compensaciones dinerarias o de algún otro tipo para el mantenimiento, prórroga o renovación del servicio. Desde la perspectiva que aquí nos ocupa, en este trajín, no sólo se ve afectado el usuario final sino la plantilla o conjunto de trabajadores de la empresa, tanto en su situación retributiva como en sus condiciones laborales de prestación del servicio, horarios, turnos, descansos, vacaciones y además a expensas de la negativa de la empresa a la ampliación de plantilla.

 En el caso del nivel salarial parece incluso que VITRASA pretende importantes recortes, bajo condición de sumas importantes de desembolso de liquidez de dinero público. Parece todo esto como una práctica un tanto extorsionadora por parte de la empresa utilizando a los trabajadores y sus derechos de modo que semeja chantajista, según algunas manifestaciones.

 Llegados a este punto se plantea como alternativa plausible el rescate de la concesión o su revisión escrupolosa, aunque tengan costes que hoy parezcan difícilmente asumibles. Se trataría de negociarlo bilateralmente entre órgano concedente y concesionaria. 

Algunas alternativas podrían ser la constitución de una empresa mixta municipal de transporte público urbano, con alguna línea de tranvía incluida o la creación de una EMT, empresa municipal de transporte, si hubiera recursos para su capitalización. Siempre con los derechos de los trabajadores asegurados que es una de las claves de la calidad del servicio final al usuario directo, el ciudadano. 

Es claro que una cosa es la naturaleza pública del servicio y otra la titularidad pública del servicio, tal vez fuera conveniente que ambas coincidieran.

 Quedan abiertas estas cuestiones para el debate informado y a la postre un referéndum municipal para dirimir la cuestión.