Reemprendemos la marcha, ya en territorio francés, desde Hendaya ( al paso por Iparralde aparecen bien visibles en numerosas pintadas y pancartas con la firma de la izquierda abertzale la mención sobre todo de los nombres de Txiki, Garmendia y Otaegui) con destino a París, a la Gare de Austerlitz, donde somos recibidos y trasladados a un piso de la Rue Boinod en casa de Olivié, relacionado con gentes de la IS ( Internacional Situacionista, Guy Debord " La Societé du Spectacle"), Jacques, Gisele, que se encontraba en Grecia, por medio de la cual, conseguimos trabajo en la vendimia en la Côte d'Or, en el Midi francés, corazón de la Borgoña, en unos pueblecitos de vendimia temprana cercanos a Dijon, completando dos campañas, Nuits Saint Georges y Vosne Romaneé, cosechando unas parras casi a ras de suelo, buen trato y buen sueldo.
Entre tanto, tomamos ya el primer contacto en Dijon en las movilizaciones contra las penas de muerte, las últimas, dictadas por Franco contra militantes de ETA y FRAP, cinco de ellas serían ejecutadas el 27 de ese mismo mes de septiembre, de entre estas dos vigueses, Xosé Humberto Baena Alonso y Sánchez- Bravo Solla.
Por compañeros franceses que se encontraban en la manifa dimos con el contacto de un exiliado anarquista de la guerra, de origen maño, Monsieur Arrondo, así le llamaban, en cuya casa departimos sobre la situación de la lucha en el interior.
Fue el primero en mostrar que la salida del régimen franquista no sería revolucionaria sino democrático burguesa, de cuya expectativa no se sentía muy feliz. Monsieur Arrondo conservaba algunas esencias anarquistas. Por cierto, el apellido Arrondo me resultaba familiar por un obrador pastelero, situado en la calle Policarpo Sanz de Vigo, que por las Navidades exponía unas figuras de chocolate espectaculares que atraían la atención de todos los niños de mi tiempo ( años sesenta).
Concluída la vendimia vuelvo a París en el coche de un italiano que no para de hablarme, mi primer contacto con el idioma italiano, de movimientos consejistas y de ocupación de fábricas como formas de lucha y democracia directa, cita a Antón Panekoek, Castoriadis ( Paul Cardan) y otros así, mostrándose muy crítico con Berlinguer y el PCI.
Queda claro que por aquellos años la democracia burguesa, esa era la expresión al uso, y el Estado del Bienestar eran considerados una añagaza para embridar cualquier potencial revolucionario.
Regreso a París, ahí me despido de mi ocasional compañero de viaje italiano. A partir de ahora los días parisinos tornaran intensos y veloces.
XUR O'PONTILLÓN.