A esto habitualmente se le viene denominando democracia, algo que para algunos, por lo de la palabreja, tan indisimuladamente griega, trae causa de la Atenas de Pericles o algo así, aunque aquella fuera una democracia esclavista.
Pues bien, dejamos a Pericles en su rincón de la historia y nos venimos a la más reciente hemerografía en relación con las pasadas elecciones gallegas del año 2020, reciente en cuanto a la fecha de su celebración y referido a un espacio concreto, las denominadas Mareas.
Poco se tiene recordado, la memoría acostumbra a ser frágil, es necesario olvidar, pasar página...que aquellas Mareas pasaron en esa Galicia 2020 de más de cuatrocientos mil votos ( 400.000) a cincuenta mil votos ( 50.000 ) y en términos de representación en el parlamento de dieciséis diputados ( 16 ) a cero ( 0 ).
Las peleas intestinas de aquellas Mareas, lo que decíamos más arriba de la política como lugar de lucha por el poder, les había supuesto un severo correctivo por parte del electorado. De la embriaguez dionisíaca a la resaca con la boca seca.
Politilógicamete y sociológicamente quizá mereciera dedicarle algo de tiempo al estudio del caso por su carácter abrupto y un tanto insólito. Los irresponsables de estas Mareas pospusieron su análisis y finalmente declinaron, dejando en orfandad a sus electores.
Este es el precedente inmediato anterior a las Elecciones que se van a celebrar de forma inminente en este 2024.
Aquellas Mareas hoy se reformulan en Sumar, una suma que resta y divide, por la gracia de la paradoja a la que nos acostumbra la política del número y el numerito de la política.
Entrará parte del electorado gallego nuevamente en el trance hipnótico de fórmulas ya testadas y fracasadas? Qué suma y a quién suma Sumar en Galicia en 2024? No más bien divide el voto de izquierdas, restando posibilidades al BNG?
Las respuestas y sus sinrazones pueden cuadrarse como en un balance contables en la lucha por la supervivencia de unas élites moribundas, en su pelea por el poder en suma, en línea con la acotación circunscrita a la noción de política como lugar de poder, enunciada en el encabezamiento de estas líneas.
La ley de hierro de las oligarquías.