Me detengo al llegar a la que en tiempos llamaban la acera volada, hoy provisionalmente valllada, en el Paseo de Alfonso. Desde esa ubicación contemplo la Ría, la península y las Islas. Transcurrieron minutos desde la puesta de sol y es ya una visión nocturna con puntitos luminosos en el horizonte frente a mi.
Continuo el paseo y como siempre en Elduayen, antes de alcanzar la Porta do Sol, acude a mi memoría el recuerdo de la librería Pax, tan íntimamente ligada a mi infancia, sobre todo en horas navideñas. Charles Dickens y su Navidad victoriana, la colección Mis Cuentos de Hadas, versionando a Grimm, Andersen y otros con sus ogros, brujas, princesas rubias y príncipes azules, ondinas y fuentes encantadas.
Unos pasos más y alcanzo la Porta do Sol a seis días de la Navidad, hoy una plaza remodelada y peatonal, bulliciosa, multitudinaria con profuso lucerío presidido por un gran árbol de metal con variado juego de luz y sonido.
Vuelve mi memoría de tiempos pasados y noto una sensación extraña, una ausencia de algo muy reciente también, aunque asociado a los años de mi ya lejana infancia. No está General Óptica donde acostumbraba desde hace más de seis décadas, con su excelente servicio.
Fui un niño estrábico con algo de astigmatismo e hipermetropía, y en compañía de mi madre iba a la óptica, a General Óptica, para hacer un seguimiento en la graduación de las gafas que necesitaba. Por ser un niño el trato del personal era profesional y por añadidura cariñoso. Qué podía haber pasado con General Óptica? Continuo mi paseo por la calle del Príncipe y reaparece milagrosamente en el número diez , magia navideña. No habían ido lejos. Entro, hago una revisión de mis ojos, atendido magníficamente por la optometrista Beatriz, encuentro el trato excelente de toda la vida. En el intercambio de conversación con Beatriz, me comenta que se han traído la piedra de revestimiento interior, ornamental de la óptica, obra del muy relevante arquitecto y artista, total, polifacético Josep María Subirachs, pocos sabrán que tiene obra en Vigo. Un recuerdo también para el oftalmólogo Antón Beiras García, eminente especialista en estrabismo, fallecido a finales de los años sesenta, por cuyas manos pasé en el quirófano en dos ocasiones, cirujano de primer nivel, que atendía en la calle de Policarpo Sanz, a pocos pasos de la General Óptica de entonces y de la actual. Felices fiestas de Navidad 2023.